Como liberal, las medidas socialdemócratas llevadas a cabo por el gobierno no me gustan. Como economista, no soy tan obtuso como para no ver que es lo único que se podía hacer. Voy a intentar explicarlo.
El principal e inmediato problema que tiene España ahora es el riesgo de quiebra. Con un ocho por ciento de déficit, el riesgo de quiebra es muy alto. Y quebrar, digan lo que digan algunos listillos de tres al cuarto, no es una opción, es un fracaso que nos hundiría durante toda una generación. Así que lo más urgente es reducir el déficit y reducirlo ya, cuanto más tiempo mantengamos esos niveles de déficit, más probable es que nos despeñemos.
Solo hay dos maneras de reducir drásticamente el déficit a muy corto plazo. Reducir brutalmente los gastos, pero no quitando el chocolate de los muchos loros que hay por ahí –que hay que quitarles porque son una vergüenza, no porque nos solucionen el presupuesto, aunque todo ayuda– sino no pagando la nómina de los funcionarios, cerrando escuelas y hospitales, por poner algunos ejemplos. A ese nivel de reducción del gasto público estamos hablando, lo que es imposible.
La otra manera es aumentando los ingresos públicos, y en una época de decrecimiento económico, solo se puede hacer subiendo los impuestos. Y el único impuesto que nos permite aumentar los ingresos, a un mes vista, es el IRPF, a través de las retenciones. Es más, esta vaca, por muy ordeñada que esté, es la única que puede seguir dando algo de leche. Y nos pongamos, como nos pongamos no hay más cera que la que arde.
Cuando digo que es el único impuesto sirve para el propósito de aumentar los ingresos –amén de diversas tasas, precios públicos o impuestos menores, que algo sumarán– es porque es el único. El IVA no. Hay una corriente de opinión en Europa que aboga por la equiparación de todos los IVAs. Como no deja de ser un impuesto que grava el consumo final, distintos tipos del impuesto hace que haya distintos precios finales de un determinado producto según el país consumidor, pero como tampoco todos los países tienen los mismos tipos de renta, de salario, etc. no sería justo que tuviesen los mismos tipos de IVA. Además al subir el IVA aumenta, la ya muy abultada, economía sumergida. Esto sin contar con todos aquellos que están viviendo de las devoluciones de IVA que el Estado nunca va a cobrar –esto intentaré explicarlo otro día con más calma–. De todas formas, a mí, un tipo del IVA al veintidós por ciento, me parece confiscatorio.
Una vez asumido que esta subida de impuestos es mala pero necesaria. Porque detraerá la economía, disminuirá el consumo, provocará más paro y seguramente nos lleve a la recesión. Pero es el pago que tenemos que hacer para alejarnos del escenario de quiebra que teníamos a los pies. Luego podemos discutir los matices. Yo me habría cargado las SICAV, no por el montante a sacar pero si por la ejemplaridad de la medida. Y si los dueños quieren tributar en otros países que también se vayan a vivir a ellos, se les investiga y si pasan más de 186 días en España, que paguen aquí y que paguen bien.
Lo realmente importante para saber si
Rajoy será la solución de los males económicos de España, es que si nos hemos de tragar este sapo ahora, que sea para que en los presupuestos del 2013 aplique medidas económicas liberalizadores, reductoras del gasto público e impulsadores de la economía. Esto es que, reduzca los impuestos, no lo que ha subido ahora, sino más. Que reduzca el gasto público de verdad, asumiendo que el llamado estado del bienestar, no deja de ser un sistema de servidumbre del individuo al Estado –es decir a los políticos– ineficaz, ineficiente e imposible de mantener. Y que haga un verdadero plan de reducción de la administración, que de aquí a Octubre tiene tiempo. Sino, el sacrificio que vamos a hacer no servirá para nada.