domingo, 24 de febrero de 2013

Indignado con el Ayuntamiento

Me contaban el otro día que la mayor rémora que hay para iniciar una actividad económica en la ciudad de Palencia es el Ayuntamiento de la misma, ya que, sus actuaciones recaudatorias llegan al punto de considerárselas leviatánicas. Escéptico como soy con todo lo que me cuentan pero de naturaleza desconfiada con el poder, decidí que, para descubrir mi verdad sobre el tema, lo mejor era otear las ordenanzas fiscales del municipio. Lo que allí hallé me ha producido una honda indignación; no como la de los perroflautas de Sol, que el único dolor que conocen es el provocado por la ausencia en la ingesta de sus sustancias alucinógenas habituales…, y no estoy específicamente hablando de drogas.

Pongamos que queremos abrir un negocio, un negocio normalito que no necesite ni una gran inversión, ni una gran infraestructura, ni provoque grandes desechos, ni nada fuera de lo normal. Alquilamos un local que hay que adecentar. Así que previamente pedimos la licencia de obras, pagamos el impuesto, esperamos a que vengan a revisárnoslo y que nos den la licencia –esto hay que tomárselo con calma– y después ya realizarás la obra. Pero si has tenido la suerte de encontrar un local que está en perfecto estado y que simplemente necesita una mano de pintura, no te vayas a creer que te has librado de todo esto, no. Incluso para pintar es necesario pedir la licencia de obras y pagar el correspondiente impuesto.

Ya tienes el local reluciente, el mobiliario instalado y a punto de recibir la mercancía. Necesitas un letrero, que la gente sepa que ahí hay está tu negocio. No te quieres gastar mucho dinero, así que encargas uno pequeño y barato, pero eso al Ayuntamiento le importa una higa, él ha puesto tasas fijas para otorgar la licencia de instalación de letreros y te puede llegar a cobrar de tasa el 50% del coste del mismo. Amén del tiempo que tardan en aprobarla, muy superior a lo que tardan en fabricarte e instalarte el dichoso letrero.

Pero no se te ocurra abrir todavía, que aún te falta de pagar la tasa más aberrante que haya parido ente recaudatorio alguno: la de comunicación de inicio de actividad económica. Actualmente, con lo que está cayendo, y en Palencia, el alcalde lo primero que tendría que hacer, nada más salir de casa por las mañanas, es ir visitar a esos “locos” y darles dos besazos y las gracias con los ojos humedecidos por la emoción de ver como alguien inicia una actividad económica en nuestro municipio. En cambio, te manda a un municipal para que te multe si no has pagado esta injusta tasa. Tasa que te cobra sin darte ningún servicio a cambio, 4 eurazos del ala por cada metro cuadrado construido que tenga el local donde vas a realizar la actividad. Ahí es nada.

Ahora en serio, el mejor plan por el empleo que puede hacer el Ayuntamiento de Palencia es pegarle un afeitado a estas tasas y la de comunicación erradicarla del todo, que no quede de ella ni el recuerdo porque jamás debió existir, ni en los tiempos de bonanza. Que estas cosas las hagan los socialistas es lo suyo. Para ellos la libertad individual es una deficiencia psicológica que hay que erradicar y la iniciativa privada, un mal social que hay que perseguir con todo el poder del Estado. Pero con la crisis y con el PP gobernado el municipio, es del todo inconcebible, o debería serlo.

Si el Ayuntamiento rebaja la presión fiscal sobre los nuevos empresarios –precisamente cuando más falta les hace–, se recaudará menos sí, pero eso se soluciona bajando los gastos y como beneficio tendremos que el Ayuntamiento tendrá menos capacidad para meterse donde no le importa. Al final ganamos todos… bueno, todos menos los chupones, pero es que estos no deberían ganar nunca nada.

domingo, 3 de febrero de 2013

Rajoy ha olvidado el 11m pero el 11m no ha olvidado a Rajoy

Viendo en este febrero de 2013 las sedes del PP otra vez cercadas en muchos sitios de España, la alelada parálisis del Gobierno y el estupor de la derecha sociológica, resulta imposible no recordar cómo Rajoy perdió las elecciones en 2004. Y no pienso en el 11M, en la miserable manipulación de la masacre -magistralmente resumida por César Vidal en su editorial del viernes-, ni en el golpe político y mediático de la izquierda, ni siquiera en el clima del día de la votación. Visto con la distancia que da el tiempo, todo eso fue fundamental, pero no determinante. Fue horroroso, pero no lo peor.

Lo peor, a mi juicio, de aquellos tres días infames, en los que el PRISOE dio jaque mate al gobierno del PP y al régimen constitucional, sucedió el 13M, supuesto Día de Reflexión, que en realidad fue el más intenso de toda la campaña y que tuvo dos momentos decisivos: la rueda de prensa de Rubalcaba, diciendo por la tarde que "España se merece un Gobierno que no le mienta", y la llamada de auxilio de Rajoy por la noche, pasadas las 10, identificándose como el candidato del PP a la presidencia del Gobierno y denunciando el cerco de Génova 13 por los manifestantes enviados por los medios prisaicos y los sms sociatas, valga la redundancia.

Termine de leer el acertado análisis de Federico Jimenez Losantos, colgado en Libertad Digital, titulado “El discurso de Rajoy, entre el 13M y la difunta UCD”.