martes, 31 de diciembre de 2013

Hay futuro

Podían haber asaltado, en tetas, la sede un sindicato al grito de: “El ERE es sagrado”, en cambio, prefirieron poner una mesa en la calle Mayor para recaudar alimentos y dinero para que Cáritas siga ayudando a quién lo necesite. 960 kilos de comida han recaudado NN.GG. de Palencia, 160 de los cuales han puesto ellos mismos, además de 1.310 euros, que servirán para que no les corten la luz a 12 familias palentinas. Porque más vale la voluntad de ayudar al prójimo que un decreto.

Creo que no descubro nada, si afirmo que las nngg de Rodrigo Mediavilla y Víctor Torres me gustan. Me parecen gente muy válida, con principios y que se atreven a defenderlos, cosa cada vez más rara en este nuevo PP. Por eso espero que no les apliquen la doctrina Urueña, que le valoran mucho, que te quieren mucho, que te explotan mucho, pero que no te dan nada. Por eso quiero democratizar el PP, porque si los candidatos son elegidos por los militantes, gente como Carlos Urueña tendría su sitio, el anverso de la moneda sería que otros que ahora lo tienen, no estarían. ¿Tan malo sería?

En fin, que mañana será otro año y esperemos que sea, al menos, un poquito mejor que este. FELIZ 2014 PARA TODOS, menos para los malos.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Enmienda democrática

Para que unas elecciones sean verdaderamente libres, el acceso a la candidatura ha de ser sencilla y en igualdad de condiciones para todo. Partiendo de este principio, que se resumiría en que casi cualquiera pudiese presentarse a cualquier cargo electo, voy a intentar describir un sistema para traer la democracia interna al PP palentino. Seguramente gente más lista tendrá otros mejores. Yo, que no doy más de sí, presento este porque creo que el sistema es lo menos importante, lo más es que los militantes elijamos directamente, a través de unas elecciones internas, a los candidatos que presentamos a las distintas elecciones.

Para ser elegible, el único requisito que pondría es el de ser presentado por un número determinado de avalistas, además de los legales para ser candidato oficial, permitiendo incluso presentarse a quién no fuese militante, así abriríamos el acceso a independientes. Los avalistas, lógicamente han de ser militantes. Pero los avalistas deberían ser pocos, muy pocos, entre 10 y 30, que haría muy sencilla su comprobación y además esa cantidad ha de ser la exacta. Por ejemplo, si para ser candidato a las cortes regionales, se pide que presentes 20 avales de militantes de la provincia, que solo puedas presentar 20 avales y así evitamos lo que pasó en el famoso congreso de Valencia, que un candidato acaparó todos los avales, asfixiando las posibilidades de cualquier otro.

Distinguiría entre dos grupos de elegibles, los que se presentan a cortes, ya sean regionales o nacionales, que todos serían elegidos por votación y en el orden de los resultados. Es decir, el que más votos tenga, va el primero, el siguiente, el segundo y así hasta completar la lista. Sencillo, claro y transparente; y, por ende, revolucionario. En cambio para las municipales, teniendo en cuenta que no solo se eligen los miembros del pleno del ayuntamiento, sino el grupo de trabajo, e incluso de gobierno municipal, es necesario presentar un grupo cohesionado por lo que opino que solo se podría elegir, en elección directa, al cabeza de grupo. Por la misma razón considero que en la diputación solo habría que votar al candidato a presidirla, al que se le reservaría el segundo puesto en la lista por Palencia capital.

El segundo objetivo sería el de la igualdad de oportunidades entre todos los candidatos. Para conseguir esto prohibiría que los candidatos pudiesen utilizar sus propios fondos para su campaña, salvo los pequeños gastos como poder usar su propio coche para desplazarse, su teléfono, etc. Esto también limitaría al máximo la posible corrupción. Por eso es muy importante que el comité electoral, o cualquier otro que se designe, realice una minuciosa fiscalidad de los gastos electorales. Este punto me parece fundamental para conseguir unas elecciones limpias. Esto habría que reglamentarlo bien. Y como electores solo permitiría a los militantes, el que quiera votar que se afilie.

Lo mejor de este sistema es que no es necesario cambiar los estatutos actuales. Bastaría con que los distintos comités electorales oficializasen los nombres de las personas elegidas por estas elecciones internas. Y siendo prácticos, ¿alguien piensa que tras una votación, Carlos Fernández Carriedo no sería el cabeza de lista a las cortes regionales, o Ignacio Cosidó al congreso, o Alfonso Polanco al ayuntamiento de Palencia? Súmale el impulso político y mediático de estas elecciones y te da como resultado que hay que ser muy tonto o muy cobarde para no llevarlo a cabo.

Los actuales dirigentes, en mi modesta opinión, solo tienen dos opciones. Pasar a la historia del partido como los que trajeron la democracia interna, que hará que en el futuro las divergencias se diriman en las urnas y no como en el pasado, que se ventilaban en cenáculos de infausto recuerdo. O ser las víctimas de dicho proceso democratizador. Porque más pronto que tarde, los partidos serán democráticos o no serán.

viernes, 13 de diciembre de 2013

El fin del consenso

Siempre he defendido que la Santa Transición no nos llevó de la dictadura franquista a la democracia juancarlista, sino que pasamos del franquismo al postfranquismo. Es decir, que el poder que se repartían entre las tres familias franquistas, se amplió hacia la izquierda, con la modernización de alguno de ellos, por ejemplo los azules se transmutaron principalmente en socialistas. La prueba más evidente de que el actual régimen es poco democrático es la no separación de poderes, donde el ejecutivo prima sobre los otros dos. Todo ello coronado con una consensuada constitución, que al ser muy extensa parecía que cambiaba mucho pero, en realidad, no cambiaba casi nada. Lo mismo o algo parecido, con otros términos, defendía, el otro día, Fernando Díaz Villanueva, en un artículo titulado: “Receso constitucional”.

Toda revolución, ya sea verdadera o impostada, crea sus mitos y transición creó un buen puñado de ellos, la gran mayoría aún vigentes. El principal es el del “consenso”. Todo lo que se haga, si es consensuado es bueno, fuera de él, el abismo. Cuando preguntas a los protagonistas de la transición por la mayor virtud de la constitución, todos te contestan, que fue “consensuada”. Oye, que igual es un truño de constitución, pero como fue consensuada, eso sí, consensuada entre los políticos –en concreto entre Abril Martorell y Alfonso Guerra–, que a los ciudadanos solo les dejaron votar o sí, o la nada, sin alternativa.

Y entre los diversos consensos alcanzados, el más perverso ha sido el que en las regiones donde había nacionalistas, estos mandarían sin cortapisas, dejando e incluso ayudando, si fuese menester, a los dos partidos nacionales, hacer lo propio en el resto de España. Así hemos ido tirando… hasta ayer. Porque la propia naturaleza del nacionalismo, le lleva inexorablemente a la ruptura, no se puede mantener eternamente el movimiento, al final siempre has de llegar a algún sitio, aunque sea a caerte por el precipicio.

A muchos, entre ellos al presidente del gobierno, Mariano Rajoy, les gustaría que volviesen los viejos, buenos tiempos donde las salidas de tono de los nacionalistas se aplacaban con dinero y competencias autonómicas, y a cambio, daban su apoyo en las cortes nacionales. Pero Más ha decido romper ese consenso. Otra cosa es que el abismo le asuste y quiera mantener la farsa un cuarto de hora más y por eso ha hecho una pregunta, que son dos, pero que en realidad es un mal chiste.

Ante este nuevo escenario, no previsto en la consensuada constitución, los españoles, perdón, los políticos españoles –con el gobierno al frente–, solo puede escoger entre que dos tipos de rupturas. La que desean los secesionistas, la ruptura de España, o la ruptura con los políticos nacionalistas. Es decir, que los nacionalistas dejen de ser parte del sistema. Yo, como no soy político, apuesto por esta última. A mí que a Duran i Lleida, por ejemplo, se le acabe la mamandurria no es algo que me preocupe en especial manera, más bien al contrario.

Porque, seamos claros, los indocumentados que están perpetrando el secesionismo en la región española de Cataluña, sin dinero público, ¿serían algo? Miradlos en la foto, ¿realmente tienen pinta de ser capaces de crear algo? Ni la maqueta de una casa de muñecas siguiendo las instrucciones desde youtube. El problema es que los que están enfrente, o debería estarlo, son de la misma materia prima. Y como nos han negado la posibilidad de tener una verdadera democracia, ahora no tenemos recursos verdaderamente democráticos para enfrentarnos a esta panda de carteristas de medio pelo. Y nos los han negado porque serian los mismos recursos democráticos que nos hubiesen permitido mandar a … su sitio, a la casta política que nos maneja.

Yo, como soy optimista por naturaleza, espero que esta machada de los secesionistas catalanes, que no deja de ser un capítulo más de la crisis institucional, nos lleve al fin del postfranquismo y que la ruptura nos traiga un régimen verdaderamente democrático, que es la única solución viable para los problemas actuales de España.

Coda: hablando de democratización, tengo pendiente escribir una entrada dando una pequeña idea, que no se diga que no aporto, a la comisión de participación del PP palentino. Pero es que el tiempo se me escapa como el agua entre los dedos. Esperando, eso sí, que esa comisión siga funcionando.