Comunicando la nada

En un país serio, con ciudadanos libres y responsables con esa libertad, decente, que se respeta así mismo y que busca su progreso no perdería más de medio minuto leyendo y tirando a la papelera el comunicado de un panda de asesinos. Bueno, en un país serio, con ciudadanos libres y responsables con esa libertad, decente, que se respeta así mismo y que busca su progreso no habría, a estas alturas, un grupo terrorista. Como no lo hay en el resto de occidente.

Pero España no es así, y cuando una melé de asesinos enchapelados saca un comunicado, diciendo lo mismo que decían hace 40 años, el gobierno responde que no es suficiente. Como si todo dependiese de los señoritos asesinos, que nos den la tacita de veneno con el suficiente azúcar para después excretar el blanqueo de alguna lista electoral terrorista. Que será EA.

Por mi parte no les pido nada, y nada les quiero dar. Como bien dice Pascual Tamburri: “El camino para acabar con ETA no es escuchar sus promesas de hoy ni sus mentiras de ayer, sino aplicar la Ley, la que esté en vigor, a sus criminales. Sin rebajas, sin excusas ni pretextos.”

Tenemos la fórmula. Tenemos el apoyo moral de las víctimas para aplicarla. Tenemos los medios. Solo falta lo más barato, la voluntad política. Por eso, para esto, también es necesario que se cambie el gobierno. No olvidemos que después del 11-M para eta se había convertido en tabú el matar. Pero con las negociaciones, cesiones y demás indecencias realizadas por Zapatero en aquellos aciagos días del proceso de pa´, volvió a ser políticamente accesible el asesinar. Si hubiese mantenido la fórmula, la única que hay, la que conocemos todos, hoy, si aún existiese eta, al menos no podría amenazarnos con matar.