Lucha antiterrorista integral
Se han detenido en Francia tres malos, una buena noticia sin duda alguna. Pero esto no nos llevará hasta el final si no se combate a ETA en todos los frentes: El institucional, echándoles de los ayuntamientos. El internacional, manteniéndoles dentro de las listas de grupos terroristas. El moral, dejándoles bien claro que nunca se negociará con ellos.
Te falta el cuarto y mas importante frente: el de las mentes. No se ha hecho ningun esfuerzo para refutar las tesis de ETA-PNV. Millones de habitantes del Pais Vasco, y en especail los nińtilde;os reciben dia tras dia dosis de propaganda afirmandoles que los pobres vascos estan oprimidos, que son una raza superior, que los que no estan por la independecia son unos fascisytas y/o unos traidores, que hay que odiar a Espańtilde;a. Mintras no se contrarraeste esa propaganda y en especail mientas no se impida el enevenanamiento de las mentes en las escuelas seguiran brotando ETArras, compańeros de ruta y recogenueces pese a todos los exitos en los otros frentes.
ResponderEliminar¿Y desperdiciar la ocasión de que Z gane el Nóbel de la Paaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaz?... Eso nunca.
ResponderEliminar1ºTOTALEMNTE DE ACUERDO. Hay que combatir a ETA en todos esos frentes y de forma eficaz, sin claudicaciones ni apaciguamiento, sino con firmeza, contudencia y sin reparos ni complejos de ningún tipo. Como he dicho, totalmente de acuerdo.
ResponderEliminar2º"Pero esto no nos llevará hasta el final sino se combate a ETA en todos los frentes."
Ese "sino" mejor separado "si no se combate a ETA en todos los frentes" (conj. condic. más adv. de negación ;-)
3º Lo que ha resultado más espeluznante de todo ha sido la siniestra imagen de esos compañeros de cartas, impérterritos, fríos, sin albergar ni el más mínimo gesto de sensibilidad ante el cadáver del "amigo", todavía caliente, y no perdonan la partida, sino que sustituyen al asesinado como una pieza más, y con ese silencio atronador, continúan como si nada hubiera pasado. Sencillamente desolador. Terrible. Un testimonio gráfico, una alegoría, una metáfora impresa en imagen del estado de putrefacción de lo que es, digáse lo que se diga, una sociedad "enferma".
Una cosa es que ningún criminal ni ninguna banda terrorista puedan modificar nuestro modo de vida, y eso que muchos han tenido que emigrar en eso que se ha dado en llamar la diáspora, pero se equivocan quienes creen que el mejor desprecio es ignorar esos crímenes, porque entonces nos habremos convertidos en meros instrumentos al servicio de terroristas y gobiernos que ponen precio a muertes que a nadie importan. Si nadie reivindica la memoria, dignidad y justicia de las víctimas estaremos recordando los momentos más tenebrosos de la historia, estaremos reviviendo las palabras de Martin Niemöller (incorrectamente atribuidas a Bertolt Brecht) de "como yo no lo era a mí no me importó, ahora me llevan a mí, pero ya es tarde", muchos miraron para otro lado cuando se empezaba a marginar en guetos al pueblo judío en la Alemania Nazi, y muchos hicieron la vista gorda; más infame fue la supuesta "intelectualidad" que no sólo miró para otro lado, sino que estigmatizó de forma inmisericorde a personajes como Solhenitsyn por denunciar la salvajada y las barbaridades del gulag soviético.
Por eso, no debemos dejarnos engañar cuando dicen, bajo la falsa premisa de que no pueden regir nuestras vidas, que lo mejor es no manifestarse ante los crímenes que perpetran los desalmados porque, si hacemos eso, sólo contribuiremos a constituir una sociedad enferma donde sí que regirán nuestras vidas cuando son los "malos" los que se erigen en jueces de ellas y disponen de éstas hasta el punto de arrebatarlas sin la menor compasión, ni arrepentimiento posterior, sino regocijo infame.
Por ello, esa imagen que pudiera parecer inocente, sin relevancia, entre absurda y patética, encierra mucho más que un mero fondo de novela tremendista, se trata de la dura realidad de un País Vasco secuestrado por un nazionalismo sectario, excluyente, que ha socavado las instituciones haciendo uso de las mismas, y podemos ver cómo en un pueblo se asesina a una persona y los compinches de su verdugo son el alcalde y el equipo de gobierno de ese municipio, amparados por el nazionalismo vasco supuestamente "moderado" (¡ja!), quienes probablemente hasta facilitaran los datos de la persona asesinada para semejante crimen, y mientras, el pueblo guarda silencio y esos supuestos amigos, compañeros de partida, continúan barajando con un sustituto rápido como si nada hubiera pasado y el crimen fuera el resultado de algo normal, o que se tiende a "normalizar", contrucción horrísona esta última que tanto gustan de usar los nazionalismos que justifican, amparan y contribuyen a la permanencian de los que siembran el terror segando vidas inocentes, y a veces, quedando impunes o recibiendo premios en forma de privilegios, calles y parques con sus nombres. Esa imagen, nunca mejor dicho, vale más que mil palabras y resulta escalofriante.
Reproduzco el sensacional, extraordinario y brillante artículo publicado en EL MUNDO del gran C. Iturgaiz, que en la línea de Santi Abascal, Jaime Mayor, San Gil, Regina Otaola, tan magníficamente ha defendido y defiende las ideas de España y de la libertad:
"Las cuarenta en bastosPor Carlos Iturgaiz es eurodiputado del Partido Popular (EL MUNDO, 05/12/08):
Dicen algunos que los seres humanos nos acostumbramos a todo, pero esa afirmación se hace muy difícil de aplicar cuando uno ve tras el asesinato de Ignacio Uria a manos de ETA la foto en portada de EL MUNDO, donde los compañeros de cartas de la víctima no perdonaron la partida diaria y jugaron vergonzosa e inhumanamente al tute como si no hubiera pasado absolutamente nada el mismo día del asesinato de su amigo.
Sólo en una sociedad enferma como la vasca ocurren cosas como ésta; sólo en una sociedad como la vasca lo anormal pasa a ser lo normal; sólo en una sociedad como la vasca, atenazada por el miedo y la falta de libertades, por culpa del nacionalismo radical y la complacencia del llamado nacionalismo democrático, algunos justifican lo injustificable. Y la foto de la cuadrilla de Uria jugando a las cartas como si nada hubiera pasado, con el cadáver de su compañero todavía caliente por los balazos de ETA, es el reflejo de las miserias, cobardías e inmoralidades de muchos de los que viven en mi tierra.
Estoy seguro de que Ignacio Uria, en esas partidas de la cafetería Uranga de Azpeitia, habrá cantado las cuarenta al tute en infinidad de ocasiones. Lo que nunca se le habría pasado por la cabeza es que los criminales de ETA le iban a cantar las cuarenta en bastos por el mero hecho de ser empresario y, además, de una constructora adjudicataria de las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV).
A los criminales de ETA la modernidad, el avance, el desarrollo les trae sin cuidado. Estas alimañas prefieren el carro arrastrado por bueyes antes que cualquier tecnología punta que dé riqueza al País Vasco, porque su lema es cuanto más atrasado mejor, y cuanto peor, mejor.
Este lema ya fue puesto en práctica con la central nuclear de Lemóniz o la autovía de Leizarán, con magníficos resultados para los asesinos de ETA porque sus amenazas, artefactos explosivos contra esas obras y crímenes contra responsables de las mismas les dieron un beneficio estimable. Se salieron con la suya, y Lemóniz no funcionó y la autovía de Leizarán se hizo con el diseño de los terroristas. Y como a ETA lo que no le falta es memoria y sabe cómo se tienen que hacer las cosas para que algo no se haga, o se haga como quiere ETA, los criminales de esta banda diseñaron desde hace tiempo una campaña anti-TAV a la que ayer le pusieron la guinda ensangrentada.
El asesinato de Ignacio Uria a manos de ETA era una crónica anunciada porque desde hacía meses ya iban calentando motores desde su entorno para que este macabro hecho se cometiera: manifestaciones convocadas por grupos proetarras contra el TAV o por la misma ANV, kale borroka contra empresas, editoriales de los medios de comunicación proetarra contra el proyecto… todo iba haciendo el caldo gordo para que la situación desembocara en el asesinato de Uria.
Desde el PP vasco ya habíamos denunciado esta situación desde hace tiempo. Incluso Antonio Basagoiti peregrinó por las sedes socialistas y nacionalistas para pedir el apoyo a las empresas y trabajadores del TAV, y también para convocar una gran manifestación en favor de dicha causa. Pero nunca mejor dicho, nuestros patxis, urkullus y compañía le miraron como las vacas al tren, y no le dieron ninguna satisfacción al actual presidente de los populares vascos.
Hasta la portavoz del Gobierno de Ibarretxe decía que no le constaba que los ataques de violencia callejera a empresas relacionadas con el TAV provinieran del entorno de ETA. ¡Qué conocimiento tan profundo y acertado de la sociedad vasca por parte de la portavoz y del lehendakari! Porque ella, no lo olvidemos, habla en nombre de Ibarretxe.
Hoy todo son lamentos y preocupaciones, pero eso no devolverá la vida a Ignacio Uria. Sólo espero que la cuadrilla que encuentre en el más allá tenga más dignidad, humanidad, escrúpulos y moral que sus antiguos colegas de cartas.
Y a la ministra de Fomento le pediría que el primer Tren de Alta Velocidad que llegue a Euskadi lleve el nombre de Ignacio Uria en la locomotora de cabecera; para que nadie olvide lo que está pasando en esta tierra."