Para esto sirve la Ley de Memoria Histórica

No hay mayor indecencia que ocultar las malas intenciones con un manto de presunta bondad. La excusa esgrimida para la necesidad de promulgar la Ley de Memoria Histórica es la búsqueda de las fosas de las víctimas de la guerra civil –en realidad solo las de un bando, a las del otro que ahí se queden, aunque nos vendan, falsamente, que ya fueron todas ellas resarcidas por el franquismo– y así darles justa sepultura. ¿Quién se puede oponer al llanto de una señora de avanzada edad que solo desea recuperar los restos de su padre afiliado de la CNT asesinado por los falangistas?

Pero como no son nada sutiles, desde el primer momento, se les vio el plumero. Es reiteración afirmar que esta ley también sirve para regar de euros a los sindicatos, incluyendo a CC.OO que entonces no existía y excluyendo a la CNT que era el que más tenía. Pero su principal función es servir como argamasa de la izquierda. Lógicamente el referente histórico tiene que ser el Frente Popular, la única vez que toda la izquierda ha ido unida, para iniciar y mantener la guerra civil, pero unida. Luego internamente también se mataban entre ellos pero los revisionistas de medio pelo que defienden que el Frente Popular era la encarnación de la democracia no entran en estos detallitos de nada.

Hemos visto como Zapatero ha utilizado esta ley y el ideario que la envuelve para atacar en su día al PP y ahora lo utiliza para que la izquierda más radical –aunque provenga del franquismo– ataque a los jueces, utilizando como catalizador al juez campeador. Como será la cosa que hasta Garzón se ha dado cuenta y se ha asustado por ello.

Zapatero tiene en sus manos el interruptor que moviliza a los zombies izquierdistas y lo utiliza cuando lo necesita. Lo necesitará en las próximas elecciones y lo utilizará, allá se resientan todas las instituciones democráticas.