La falsa transparencia de Heliodoro Gallego

¿Qué se puede esperar de una persona, que a estas alturas, aún es capaz de seguir prometiendo el soterramiento? Pues engaños, triquiñuelas y trapacerías. Eso es lo que nos ha presentado el alcalde con su tan cacareada transparencia. Que engañe a algún periodista –o que venga engañado de casa– es normal, pero de ahí, a que nos tome al resto de los palentinos por tontos, va un trecho muy largo.

Heliodoro Gallego nos ha dado la matraca con la transparencia en sus ingresos, que si nos iba a enseñar sus bolsillos, que si tal y que si pascual. Y lo que cuelga el tío en su blog es una relación de patrimonio confeccionada por EL MISMO, pues vaya transparencia, luego le suma una certificación del tesorero del ayuntamiento con las retribuciones como miembro de la corporación municipal y se queda tan ancho.

Si el alcalde, o cualquier otro político, quieren DE VERDAD enseñarnos sus bolsillos lo tienen muy fácil. Que se acerquen a la AEAT de su provincia, en el caso de Gallego apenas tiene que andar cincuenta metros desde su despacho, y solicitar sus datos fiscales. En este documento OFICIAL, no hecho por si mismo, se mostrarán: TODOS los rendimientos íntegros del trabajo (incluyendo las dietas que haya percibido por la asistencia a reuniones de cualquier entidad, también sus ingresos como alcalde). El resto de los rendimientos del año fiscal por cualquier otro concepto: por venta de acciones, por participar en un negocio (lo que se percibe por formar parte de un bufete de abogados o por alquilar a ese bufete tu parte del inmueble), por las cuentas, depósitos, etc. que tengas (a esto habría que sumarle el certificado del banco para saber el saldo). Inciso: que derrochador es Heliodoro, que a sus años solo ha ahorrado 33.103,66 euros, poco más de cinco millones y medio de pesetas. También te indica la relación de inmuebles que posees, entre otros datos fiscales.

Si los políticos hacen pública esta información, sí me creeré lo de los bolsillos de cristal. Mientras tanto que engañen a los bobos, a mí no.

CODA: lo normal sería que una ley obligase a AEAT a hacer pública esta información sin necesidad de esperar a la benevolencia de los políticos.