lunes, 21 de noviembre de 2011

¡¡¡¡¡¡186!!!!!!

Ciento ochenta y seis diputados, mayoría absoluta no, ¡absolutísima!, contundente, enorme. Pero lo importante es, como dicen los más viejos del lugar, que sea para bien. Para bien será si Mariano Rajoy, con todo el poder que ahora detenta, realiza los cambios que necesitamos, las reformas que nos salven. Será para bien si volvemos a la estrategia de derrotar al terrorismo –la nota triste de estas elecciones es volver a ver a eta en las cortes generales–. Para bien también será si se investiga, de verdad, el 11-M, es más, nos conformamos con que no estorben a los jueces que quieran hacerlo –es lo que tenemos los pobres, que con poco nos conformamos–.

Los españoles nos fuimos de fiesta con el simpático de Zapatero. Era un insustancial, pero nos prometía juerga sin fin. Pero la fiesta se ha acabado, nos hemos despertado con resaca y al mirarnos al espejo nos hemos visto con cara de Rubalcaba. Y eso ya no hay cuerpo que lo aguante. Así que nos hemos duchado, afeitado y peinado para irnos a trabajar. Porque, ahora, toca trabajar. La fiesta se ha acabado y son pocos los que aún no se han enterado. De ahí que el PSOE solo haya sacado 110 diputados.

Ya hemos asumido que somos más pobres que hace ocho años y que lo de echar la culpa de lo que nos pasa a la crisis internacional, a la burbuja inmobiliaria, etc. son cuentos chinos para entretener a infantes, infantes de todas las edades. Que de este agujero vamos a salir con nuestro esfuerzo, como hemos hecho los españoles en tantas ocasiones a lo largo de nuestra larga historia. Y el que no se sienta español, peor para él, además de renegar de lo mejor que tiene, seguirá emponzoñado en su crisis identitaria, que es una crisis que tiene a mayores que el resto.

Por último, solo desear que Rajoy sea consciente de que este apoyo popular que le hemos dado no es para que haga socialismo eficiente –si esta contradicción es posible– sino para que gobierne para todos pero desde una perspectiva de derechas. Porque España hoy es de derechas. Y os recuerdo algo que he escrito muchas veces: hoy en día, ser de derechas en este país es una de las pocas cosas honradas y decentes que se pueden ser.

8 comentarios:

  1. Pues son pocos. Los espartanos eran 300 y mira como les fué.

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  2. "hoy en día, ser de derechas en este país es una de las pocas cosas honradas y decentes que se pueden ser."

    ¿Solo ha pasado un día y ya diciendo disparates? O conmigo o contra mi, buen lema.
    Yo no soy de derechas, ni de izquierdas, ni de ningún clan o secta y me considero honrado y decente. Se puede vivir sin pertenecer a ningún grupo os lo aseguro, y además te hace más libre

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  3. JMF: hombre de poca fe.

    2: si tú lo dices...

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  4. Yo me he levantado, me he duchado, desayunado, peinado y....me he puesto a recoger la casa, porque desde hace dos meses estoy en el paro.., tambien mi marido, y mi hija, pero al menos tengo a mi madre, con la pension de 601 €. Ya os contare en unos meses... bueno quiza tenga suerte y algun politico deje alguno de sus muchos sueldos y me toque algo.....

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  5. Ser de derechas es de las pocas cosas honradas y decentes que se puede ser en este pais....

    En dos palabras: A-COJONANTE.

    Que triste...

    Hay profesionales con estudios y experiencia (alguno incluso honrado y decente) que pueden ayudar. Planteatelo.

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  6. Tienes razón, seguramente me hace falta un psiquiatra, porque enfrentarse a la dictadura progre es de locos.

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  7. No lo dejes pasar mucho, que esas cosas suelen ir a peor si no se las trata.

    Y me temo que te hace falta.

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  8. Me encanta cuando los progres os preocupáis por mí y por mi salud…y por lo que fumo, y por lo que como, y por como educo a mis hijos, y especialmente, por lo que pienso. Como os gusta hacerlo por mí y eso que sois unos tarugos del 13, pero no os importa, insistís en querer pensar por mí. Pues lo lleváis claro, madruguetes.

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Puedes opinar lo que quieras, siempre que lo hagas con respeto, pero recuerda que uno es reo de sus palabras y dueño de sus silencios, así que tú mismo. Ah, y yo solo me hago responsable de lo mío, que ya es bastante.