Origen. Primera parte

Llegando a la sede palentina del PP me encontré a Carlos Fernández Carriedo. Miré a su izquierda y no vi a Mañueco, miré a su derecha y no vi a Martín, entonces comprendí.

                     Carta de Jorge Castrillejo a los concejales de Polanco.

Dejé promesa de que contaría el origen de todos los males de Alfonso Polanco. Hoy voy a intentarlo. A ver como sale.

Corría el mes de enero de 2011 cuando el PP palentino, por fin, nombraba candidato a alcalde. Les había que querían serlo, como Celinda Sánchez, pero no les dejaron y había otros, como Carriedo, que lo que querían era no dejarse poner. Así que, aplicaron la lógica y entregaron la montura de ese difícil, pero vigoroso, caballo a Alfonso Polanco. Alfonso se subió al caballo, se vio grande y poderoso, y se creyó inmortal. Así que desde esa alta posición decidió que él sería el único tejedor de la manta, palentina por supuesto, que le sujetaría al jaco. Y consiguió superar la primera prueba, rebasó sobradamente el tronco de las elecciones. Y creyó Polanco que lo había hecho bien. Pero no acababan de posar las patas traseras del caballo en el suelo cuando la manta tuvo el primer deshilachado. Es lo que pasa cuando haces una manta de muchos retales, estos de mala calidad, y con el cosido más bien flojo. Ahora, varios jirones después, la manta, totalmente deshecha, ha derribado al jinete y este reza para no terminar partiéndose el hocico, el suyo no el del caballo, contra el suelo.

Voy a parar aquí. Lo bueno de las metáforas y de las parábolas es que pueden quedar muy bonitas, lo malo es que normalmente solo las entiende quien las escribe. Así que voy a dejar la metáfora del caballo, que me gusta mucho, pero con la que creo que me estoy haciendo un lio.

Retomemos. Tenemos a Alfonso Polanco, candidato a la alcaldía de Palencia, haciendo la lista que le acompañará a las elecciones municipales. En teoría la tenía que hacer a “pachas” con Carriedo pero Polanco no le hacía caso, ni a él ni a nadie, así que Carriedo le concedió la libertad del ahorcado: todo hombre ha de tener, al menos, la libertad de escoger la soga con la que ha de ahorcarse. Polanco hizo su lista, con su lista se presentó a las elecciones y las ganó.

Son muchas las razones por las que el PP de Palencia ganó, después de tantos años, las elecciones municipales de 2011 pero una de las principales es que Alfonso Polanco era un desconocido para los palentinos. En este país se vota más en contra que a favor y éramos muchos los palentinos que estábamos hasta las narices de Heliodoro Gallego pero nadie tenía animadversión contra Alfonso Polanco por lo que muchos le votaron. Le votaron tanto que sacó catorce concejales, siendo Vanesa Guzón la última en entrar y Raquel Gordo la primera en quedarse en la recámara.

Pero aún no había puesto Polanco la foto de los niños en su mesa de alcalde cuando tuvo el primer problema. Isidoro Fernández Navas, el concejal más veterano, que ya era un resabiado de la política antes de que Polanco aprobase las oposiciones, las primeras que aprobó, al no ir a la diputación, amenaza al alcalde con dejarle tirado. Apenas llevaba unos días como alcalde cuando la historia le puso a Polanco frente al espejo, se miró y no se atrevió a ser un líder, por lo que se convirtió en un rehén.

Continuará.