El último patriota
A un tipo como Santiago Abascal, con nombre de Patrón, barbado como un conquistador extremeño e irrespetuoso con la muerte, sólo puede moverle el honor y la Patria. Lo demás le aburre; simplemente no es de su interés. Honor y Patria, qué cosas. Puro anacronismo. Clive Staples Lewis, literato, íntimo de Tolkien, lamentábase así de la decadencia de estos valores ya a comienzos del siglo XX: “Nos reímos del honor y luego nos sorprende encontrar traidores entre nosotros”. O corruptos. Nos reímos del honor y nos rasgamos las vestiduras con cada nuevo Bárcenas o Pujol. Nos reímos de la Patria y nos desconcertamos cuando el separatismo se echa al monte.
Termine de leer el artículo “Santiago Abascal” de Rafael Núñez Huesca en elsemanaldigital.com.
Concretando la vida de este señor. ¿Trabaja como los ciudadanos españoles que podemos hacerlo, está en el paro o vive de la política? Creo que este Abascal como muchos otros no ha pegado un palo al agua en su vida y por muy patriota que diga ser (término por otra parte un poco gagá, pues la inmensa mayoría queremos a nuestro país) vive a costa de los demás.
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