Las malditas negociaciones con Eta
Uno, que es de naturaleza generosa, por tener al gobierno a su lado en la derrota a Eta es capaz de “tragar” con ciertas cosas. Puedo dejar de exigir que reconozca su error en la negociación con los asesinos. Puedo aplaudir al actual Patxi López obviando que cometió uno de los actos electorales más repugnantes jamás visto: echar a Mariano Rajoy y María San Gil de la capilla ardiente de Isaías Carrasco. Puedo aguantar sin decir nada cuando el ministro de interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, vende como mazazo mortal a Eta el encontrar un agujerito con cuatro papeles, tres pistolas y un par de kilos de explosivo. Puedo ver como se racanea la expulsión de los terroristas de los ayuntamientos sin recordarle al gobierno que están ahí porque ellos se empeñaron en que estuviesen, como presente a Eta y solo en los sitios que electoralmente le interesaba. Puedo hacer como que no veo a Jesús Eguiguren que sigue en el mismo sitio que antes y haciendo las mismas cosas que antes. Y alguna otra que no relato para no alargarme más.
Pero lo que nadie me puede pedir es que sea yo el que reconozca como error el no apoyar al gobierno en la mal llamada negociación bajo la premisa de: “todo gobierno tiene el derecho de intentarlo porque todos los anteriores lo han hecho”. Soy de los que creo que quienes defienden esto, o son unos ignorantes, o son unos sinvergüenzas, o ambas cosas a la vez.
Solo voy a escribir sobre las dos últimas negociaciones, la de Aznar –si así se le puede llegar a llamar– y la de Zapatero –si solo así se le puede llamar–, obviando los gobiernos de UCD y González. Y lo haré con una metáfora para que sea más fácil de comprender, aunque no hay más ciego que el que no quiere ver.
Eta le guiñó un ojo Aznar, y a pesar de que le abultaba mucho la nuez y que la barbilla no estaba del todo rasurada, este se la llevó a un oscuro rincón. Como su amigo Mayor Oreja, que la conocía de cría, le recomendó que no fuera y del todo no se terminaba de fiar, antes de ir a mayores la mano en la entrepierna metió y como notó que no era mozuela, raudo se retiró.
Pero llegó al PSOE un adolescente en plena efusión hormonal llamado José Luis Rodríguez Zapatero, que dejándose convencer por la celestina de Jesús Eguiguren: “tu tranqui José Luis que me ha dicho que se ha operado y ahora es hembra de verdad”. Empezó al cortejarla antes incluso de gobernar. Cuando llegó al gobierno fue detrás de Eta como un poseso. Mintió, se creyó sus embustes, se peleó con todo aquel que se opuso y varias barbaridades más con tal de irse a la cama con la mujer prohibida. Y se encamó, retozó y el 30 de diciembre de 2006 se la coló, Eta a Zapatero evidentemente. Aún así, Zapatero intentó, durante varios meses más, convencer a Eta para que se operase. Pero solo los tontos desconocen –o los sinvergüenzas callan para su beneficio– que Eta solo se trasviste para “encular” a ingenuos porque su alma nunca será de mujer y por lo tanto su cuerpo tampoco.
Aznar acercó presos durante su negociación con ETA.
ResponderEliminarAznar negoció con ETA después del asesinato de Miguel Ángel Blanco.
Aznar recomendó a Blair que siguiera negociando con el IRA tras el atentado de Omagh.
Sólo alguien muy sectario puede seguir pintando lo suyo de ligero contacto, alguien que necesita tergiversar y manipular la realidad para defender su cerrada visión del mundo.
El PSOE no se opuso al acercamiento de presos.
ResponderEliminarEl PSOE negoció con Eta después del asesinato de Miguel Ángel Blanco, de varios más y de saber que lo de Aznar fue un error. Porque lo de Aznar fue un error.
El PSOE vota con los proetarras en Navarra.
Que manía en llamar a los demás lo que no son. Me llamarás mil veces sectario pero eso no me convierte en uno de ellos. Se llamará fascista a Eta pero no sacará del comunismo.
¿Y quién ha hablado del PSOE? Tu salida confirma tu sectarismo.
ResponderEliminarYo sólo digo que no pintéis ni al PP ni a Aznar de honrados porque de eso no tienen nada. Si para intentar defenderte y desviar el tema sólo sabes atacar al "enemigo", todo está claro.
Una metáfora bastante acerada. Pero creo que Zeta se dejó encular. Eso sí, haciéndose en tonto, como en todo.
ResponderEliminarY tampoco fue Eguiguren de motu propio la Celestina, lo fue porque se lo encargó Zeta.
Esto es solo mi opinión, la verdad siempre será más terrible.
Pero en cualquier caso, solo son unos matices "sin ninguna" importancia
fred:
ResponderEliminarcreí que a eso te referías porque no mantengo que lo de Aznar fuese bueno, todo lo contrario, pero comparado con lo de Zapatero solo fueron meras caricias.
La "moraleja" de la entrada es que toda negociación con Eta es mala pero cuanto más posterior peor porque se tiene la experiencia de la anterior. Y la experiencia siempre nos dice que Eta negocia para rearmarse que nunca se rendirá ni que nunca dejará las armas.
¿Zapatero con la ETA, furor hormonal?
ResponderEliminarNo, do ut des
ZP se dejaba encular ya mientras firmaba el Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo, de tal forma que ya llegó al gobierno -masacre mediante- con el esfinter anal lo suficientemente perforado por sus amantísimos "hombres de paz". A ZP no le hizo falta ni cortejar a la ETA, porque el chapero de Eguiguren ya lo tenía todo planificado y el salido de ZP mintió constantemente para seguir obteniendo el placer y poco le importaban las bombas o los simples "accidentes" mientras él fuera satisfecho, e incluso jaleado por los suyos ante semajante y bochornoso espectáculo. Y a ZP, valga la metáfora, nunca le ha importado la masculinidad etarra ni ha pretendido travestir a la ETA. Él que junto a Zerolo defiende esa trangresiçon y tan felices son, recordemos que el propio Zerolo confeso los orgasmos que le producia el presidente, practicamente similares a los ZP debia de sentir con la ETA. Y si alguna vez busco travestirla fue de cara a la galeria o por el impacto que pudiera tener esa tormentosa relacion, que tampoco seria de extrañar que fuera incestuosa y vinieran de la misma familia los que no solo compartieron cama poniendo en riesgo todo lo demas, sino que tambien parecieron llegar a entenderse hasta en los mas intimo de su ser. Pero ya se sabe, si uno cede, el otro le revienta, ZP puso el culo en pompa, ETA se la metio de forma continuada, el feliz, y la ETA que continuo dale que te pego.
ResponderEliminarSi todo esto sirviera para que no vuelvan a arrodillar a todos los españoles de bien delante de un puñado de asesinos.
ResponderEliminarEsperemos a ver como se desarrolla esto.
Como dice Pío Moa, a ZP y la ETA les une mucho más de lo que les separa, empezando por su izquierdismo y terminando por su aversión a España. De ahí, el famoso cordón sanitario y sus vínculos tan íntimos con los terroristas a los que vestía con los mejores ropajes, pero por mera conveniencia. Es una desgracia.
ResponderEliminar"COMENTARIOS LIBERALES|FEDERICO JIMENEZ LOSANTOS
ResponderEliminarEl fascismo no es un adjetivo
24.06.2009
PARA DERROTAR a un enemigo totalitario, la primera batalla que hay que ganar es la del vocabulario, léase propaganda, «el otro nervio de la guerra», según Napoleón.
Y aunque el asesinato del policía nacional Eduardo Puelles parecía haber concertado una suerte de unanimidad en las fuerzas políticas y mediáticas que se definen a sí mismas como democráticas (por desgracia, no según sus costumbres sino según el guión), hay que señalar ahora que tras lo positivo en esa respuesta común, política, mediática y cívica ya se ha producido la traición inmediata de la Fiscalía y el socialismo navarro a la causa antiterrorista y, lo que a mi juicio es todavía peor: un discurso político que yerra en el análisis de la condición de los asesinos y, por tanto, en la definición de la lucha.
Esto no supone minusvalorar el extraordinario testimonio de valor cívico de la familia del policía nacional asesinado, en especial su viuda y sus hijos. Nada más lejos de mi intención. Pero en los tiempos de plomo que nos aguardan se hará necesaria una movilización permanente de la ciudadanía. Y para ello hay que precisar los valores, conceptos y términos que, en ese orden, se defienden contra el terror. Una imprecisión en la definición del enemigo es como un error en la disposición de las tropas, que si equivocan el blanco central acaban perdiendo la batalla y hasta la guerra.
Para empezar, no debe usarse el concepto «fascista» como hace López, a voleo y como sinónimo de enemigo de la democracia. No todos los enemigos de la libertad han sido siempre y sólo fascistas. No sólo llamando «fascistas» a los etarras se les puede combatir. Los etarras han sido siempre comunistas y nacionalistas, una mezcla que en los Balcanes se actualizó atrozmente hace pocos años. Nacionalistas como Milosevic, sí, pero también como Arana, Arzalluz, Ibarretxe y compañía.
Entre esa compañía están Eguiguren y parte del PSE, también nacionalistas vascos, para los que el enemigo acaba siendo siempre la Derecha, con mayúscula, y española, con minúscula. Esa España a la que matan los etarras es un «concepto discutido y discutible» para Zapatero, que, como no sabe lo que defiende, se ha tirado años defendiendo «la paz» con ETA.
Pero ETA es comunista, como Castro, Chávez y las FARC, la gente con la que simpatiza ZP. Ah, y Eduardo Puelles no era un gudari vasco. Era un policía nacional. De una nación llamada España."
(EL MUNDO - elmundo.es)
Una visión españoles de los ingleses desde Cambridge. Es muy interesante.
ResponderEliminar"Aquí Cambridge
Ingleses y europeos
David Jiménez Torres
Creo que el único aspecto verdaderamente excepcional de los ingleses es, precisamente, lo excepcionales que se creen. Durante comidas y cenas podemos oír cosas como "vosotros los europeos" o "este verano me voy a Europa," como si se tratara de una tierra lejana habitada por seres incomprensibles y no unas costas tan cercanas que se pueden alcanzar en tren. Los resultados de las últimas elecciones europeas lo demuestran: el segundo partido más votado (detrás de los conservadores de David Cameron) fue el United Kingdom Independence Party, un partido que sólo aboga por sacar al Reino Unido de la Unión Europea. Las campañas de este tipo de partidos se apoyan no tanto en argumentos económicos o políticos sino en símbolos de la excepcionalidad británica, como la libra, por la que la mayoría de los británicos siente una especie de reverencia pseudo-religiosa más que económica. También podemos recordar el rechazo casi unánime de la población inglesa hacia la propuesta laborista de carnets nacionales, la famosa campaña del NO2ID. Cuando se menciona el tema en una reunión siempre acabaremos oyendo el mismo argumento: "eso es algo de europeos".
Un poco de nacionalismo puede ser sano, y el nacionalismo conlleva necesariamente algún grado de excepcionalidad; pero lo de los ingleses llega a veces a cotas ridículas. Da igual que les preguntemos que si no son europeos ellos también, ¿qué son?: ¿africanos? ¿asiáticos? ¿suramericanos? Como mucho, lograremos que se refieran al resto de Europa como "The Continent", imbuyendo al término de una especie de misticismo exótico y repelente a la vez; esto, hasta en la generación del Erasmus, del gap-year y de la globalización. Dentro de la idea nacional inglesa está la noción de ser radical e irreductiblemente distintos del resto de naciones europeas, sean mediterráneas, eslavas o nórdicas.
Algunos dirán que la excepcionalidad inglesa puede subsumirse en la excepcionalidad anglosajona, que los norteamericanos se creen tan radicalmente distintos del resto de occidente como los británicos del resto de Europa. Pero es que los americanos tienen razones para sentirse así, y los británicos no. Cierto que la mayoría de corrientes y conflictos de la historia estadounidense han tenido paralelos en las naciones europeas; pero debemos recordar que Estados Unidos no vivió el Imperio Romano, ni las invasiones bárbaras, ni el feudalismo, ni tantas de las corrientes que marcaron Europa. Hasta 1620, su historia marcha por cauces completamente distintos de los del resto de occidente. Además, ¿dónde en Europa existen las grandes extensiones de las praderas de Kansas, los desiertos de Arizona y Nevada, los bosques de Wisconsin? El enorme tamaño de Estados Unidos y el papel que desempeña esa noción de frontera en constante movimiento, de país en imparable expansión, en lo que se refiere a su idea nacional, lo separan radicalmente de las apretujadísimas naciones europeas.
Sigue...
...
ResponderEliminarLos británicos, en cambio, ¿qué tienen para justificar su excepcionalidad? Su historia está entremezclada con la del resto de naciones europeas; todas las grandes etapas y conflictos de su historia han sido etapas y conflictos europeos: Roma, las invasiones bárbaras, el feudalismo, la Reforma, los grandes imperios de Ultramar, la Revolución Francesa y Napoleón, la revolución industrial, el imperialismo decimonónico, las guerras mundiales... ¿y qué decir de los nacionalismos periféricos, con casos como los de Irlanda o Escocia? Se pueden argüir diferencias de énfasis o de éxito, pero en lo esencial, Inglaterra ha participado de lleno en la historia europea. Inexplicable como es su apego a esa aberración culinaria que es el fish and chips, nada parece justificar una separación del resto de naciones europeas.
Como último apunte señalaría que queda por escribir una historia comparada de España e Inglaterra, dos países que por razones radicalmente distintas han tendido a considerarse diferentes del resto de Europa. Los españoles, por nuestros históricos fracasos industriales y económicos, por nuestro atraso y nuestra inestabilidad institucional durante siglos, por nuestro eterno complejo de inferioridad; los ingleses, precisamente por su éxito industrial, por su estabilidad y su prosperidad, por su eterno complejo de superioridad."
(LD)
Una magnífica décima o espinela del gran Fray Josepho. Es muy recomendable. Y muy ingeniosa.
ResponderEliminarGenial, magistral, extraordinario. Como siempre vamos:
"La sátira
Mariano, Viri y las derechas
Fray Josepho
El diario La Razón ha publicado una entrevista con Mariano Rajoy. En ella, aparte de confesar que Viri, su mujer, es el eje de su vida, llama la atención su querencia al centrismo: "Somos un partido de centro, porque el centro, más que una ideología política, es una voluntad, es un método, es la vocación de ser moderado y tolerante". Sin embargo, resignadamente, reconoce: "No me importa que digan que soy un político de derechas, a veces yo mismo me lo digo."
Si no te importa, amor mío,
abnegada y fiel esposa,
te preguntaré una cosa,
porque sólo en ti confío:
¿Me votará el progrerío
de expectativas maltrechas?
¿O acaso, Viri, sospechas
que, aunque yo vaya al encuentro
de los espacios del centro,
siempre seré de derechas?
Pero espera, por favor,
y no me respondas, Viri;
sírveme antes un daiquiri
o cualquier otro licor...
y, muy despacio, mi amor,
dime, mientras me lo echas:
¿Para las próximas fechas
en que hay comicios aquí,
tú también me ves así,
claramente de derechas?
Porque, Viri, soy humano
y, cuando me encuentro a solas,
me inquiero: "¿Por qué no molas,
como los progres, Mariano?"
Y es que, pese a que me afano
por no despertar sospechas
y en mi barba pongo mechas
de equidistante centrismo,
a veces hasta yo mismo
me digo: "Soy de derechas"."
(LD)