Pobrecitos terroristas
Hoy he leído un delirante artículo escrito por José María Calleja sobre “su” forma de ver el terrorismo, siempre a favor del gobierno. En ese artículo, el periodista prisaico, se lamenta de las energías perdidas por los cuarenta años de terrorismo etarra, pero no solo por la parte de las víctimas, sino también por la pérdida de la “gente joven que asesina a gente joven y se hace vieja en la cárcel”. Pobrecitos terroristas.
No es de extrañar que le condenen a pagar 12.000 por insultar a Isabel San Sebastián cuando es capaz de escribir: “Esto es todo lo que tiene que aportar la banda criminal: varias generaciones de asesinados, varias generaciones de encarcelados”. Pobrecitos terroristas.
Al menos reconoce que la Ertzaintza está “en la línea adecuada para contribuir de manera importante a la clausura de la banda asesina”. De derrotarles nada, que estos pobrecitos terroristas se den cuenta de lo mal que se han portado estos años y por su bien, por su comodidad, dejen de matar y se reinserten, como las “tigresas” y los “lasartes” –Calleja nos quiere vender la burra ministerial del arrepentimiento–; y aquí paz y después gloria, sobretodo para los pobrecitos terroristas.
Este es uno de los que esperan que los demás o nos ceguemos, o nos atontemos, que comentaba antes.
¿Qué pasa?, ¿no había nada sobre lo que escribir hoy, eh? Y por cierto, lo de la San Sebastián bien dicho estuvo, pues es por todos sabido que muchos se subieron al carro cuando gran parte del trabajo estaba hecho, pero es de ilusos creer que quienes estaban en las manifestaciones contra ETA en el País Vasco ya en los ´80 se asusten de semejantes espantapájaros, por vociferantes, demagogos y maleducados que sean, aunque sean (como es el caso de Calleja o de Savater) votantes de izquierda de toda la vida.
ResponderEliminarSaludos
Calleja cada vez se denigra más, cada vez más impresentable y sinvergüenza. Resultan asquerosamente vomitivos sus artículos, si se pueda llamar así a semejantes bodrios plagados de ofensivo panfletarismo demagogo y aberrante.
ResponderEliminarFritz:
ResponderEliminarSi que había sobre lo que escribir, es más, anteriormente ya había escrito una entrada pero ha sido leer el artículito de marras y no poder dejarlo pasar.
Anónimo:
Este pájaro siempre está a favor de los socialistas, cuando estaban en el paco por las libertades decía lo mismo que Mayor Oreja, cuando empezó la negociación cambió de registro, cuando acabó la negociación volvió a defender lo mismo que Aznar y ahora que estamos en negociación de nuevo, escribe estas cosas. Y si el gobierno socialista cambia el cambiará, no lo dudes.
CALLEJA, EL PALENTINO ISAIAS, ENRIC SOPENA, EL PALENTINO DE PÚBLICO, CARNICER, EL COMPRADO DE LA CUATRO, SON UN AZOTE CONSTANTE DE LA DERECHA.
ResponderEliminarAPOYAN A LA IZDA. INCONDICIONALMENTE. PERO QUIEN LES HA METIDO A ELLOS LA IDEOLOGÍA DE ESA FORMA?.
NO INFORMAN, OBEDECEN? EL PROBLEMA ES QUE ESOS SON LOS QUE MÁS FLOTAN PERO DEBAJO EN SEGUNDA LÍNEA LA DEL EL EKAICER Y OTROS MUCHISIMOS. VAYA PANORAMA Y MIENTRAS LOS NUESTROS ELIGIENDO A LOS PEORESPARA QUE NOS REPRESENTEN. MANDA HUEVOS.
EL TOMÁS GOMEZ CON NO OBEDECER A ZAPATERO, YA HA HECHO LA CARRERA. OLÉ POR ÉL!!!
ResponderEliminarA VER SI, DESDE LOS PARTIDOS, NOS DAMOS CUENTA DE QUE UNA COSA ES LA SUMISA DE LA MINISTRA Y OTRA ES QUIEN SE CONSTRUYE EL FUTURO CON TRABAJO Y TESÓN INCLUSO SOLO.HAY QUE ACABAR CON LA MAMANDURRIA, APOYAR EL REGENERACIONISMO, SUPRIMIR LOS SUMISOS POLÍTICOS, LOS LAMECULOS Y PESETEROS.
Calleja, igual que Sopena, Lafuente Zorrilla, Antolín y otros tanto no son más que serviles fanáticos del socialismo patrio dedicados a fustigar a los liberales, aunque sea a cualquier precio ("como sea" Zapo dixit), incluso cayendo en las infamias que muestra el periodista orgánico del socialismo Calleja.
ResponderEliminarCalleja: abyecto, ruin, miserable. Como era de esperar. Por desgracia.
ResponderEliminarCalleja a MAR, después de ser acusado de "resucitar" el terrorismo:
ResponderEliminar"Ni tú ni ningún otro patán me podéis decir que he engordado a ETA"
MIRA,MIRA, como Miguel Angel Rodriguez tenía razón.
Y tanto que la tenía.
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