jueves, 17 de noviembre de 2011

Rajoy, la última esperanza del sistema

Creo que todos tenemos claro que la crisis actual no solo es económica, sino de todo el sistema. La constitución de 1978 está muerta. Es grave para España pero no mortal, la constitución no deja de ser un instrumento para vivir como ciudadanos en nuestra nación. Lo importante es que se mantenga la esencia democrática que la encumbró, su espíritu. Que nadie lo confunda con el consenso entre los partidos que fue el mecanismo utilizado en la transición para armar el texto constitucional. Que mientras se mantuvo ese consenso la constitución fue válida, era la argamasa que evitaba que el título octavo –el muro de carga defectuoso que tenía– se llevase por delante el edificio constitucional. Una vez acabado el consenso la constitución se fue agrietando, hasta que ahora ha terminado de hundirse.

Pero tampoco pasa nada, simplemente –o no tan simplemente– hay que volver al espíritu preconstitucional, a la ansia de vivir en libertad, como ciudadanos, del pueblo español. Y de ahí crear un nuevo consenso que nos lleve a reformar la constitución que contengan los principios del estado de derecho y la defensa de las libertades ciudadanas, que es lo básico que ha debe tener un texto constitucional.

Actualmente esto solo puede llevarlo a cabo Mariano Rajoy. Está condenado a hacerlo y a hacerlo ahora. Si fracasa no habrá otra oportunidad. No sé quién, ni como se realizarían en ese caso los cambios, lo que sí sé es que se harían desde fuera del sistema. Que tampoco puedo afirmar si será mejor o peor.

Soy consciente que esto se da de tortas con la utopía que se están montando desde la izquierda. Esperan que el gobierno de Rajoy caiga y desde Uropa nos pongan un tecnócrata, de izquierdas por supuesto –se nota que no ven la contradicción–, que será quién nos saque de la crisis –para ellos solo económica e internacional– con la ayuda de fondos europeos. Quién hambre tiene, con pan sueña.

En fin, que si no queremos entrar, otra vez en la historia de España, en un convulso periodo de inestabilidad institucional –lo de Urgandarín no es casual– más nos vale que Rajoy tenga un enorme resultado electoral para después exigirle que no se le encoja el codo al hacer las reformas, incluyendo la constitucional, que España necesita.

3 comentarios:

  1. D. Jorge, aplaudo su optimismo "Mariano" que si me permite, tiene mas de fé que de esperanza.

    Con Rajoy o sin él me temo que la situación es dantesca, y nunca mejor dicho:

    "LASCIATE OGNI SPERANZA"

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  2. Que triste está este foro ultimamente. Es que esto de contar mentiras y creerselas acaba siendo muy muy cansado...

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  3. Jorge, eres un optimista. El tinglao se hunde si o si. Llegará la poda por las bravas e impuesta, se generá un gran número de parados en menos de un año y estallará la conflictividad social. Esto no es fruto de 8 años y un partido, pese a que han sido los grandes protagonistas. Es fruto de 35 años y el aporte de todos partidos. La violencia está servida. No pasa nada. El mundo seguirá como siempre.

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