domingo, 11 de marzo de 2012

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Tal día como hoy, hace ocho años, unos terroristas asesinaron a 192 personas nacidas y un nonato mediante la explosión de diez bombas colocadas en cuatro trenes de cercanías en Madrid. Son cientos los españoles que aun siguen sufriendo las secuelas de esa masacre, por eso somos muchos los españoles los que queremos, en este octavo aniversario, homenajearles y respetar su dolor. No todos actuan así.

Hoy, el 49% de los españoles –según una encuesta de El Mundo– consideramos que no se sabe quiénes han sido los terroristas que realizaron el atentado del 11-M. El 71% queremos que los tribunales sigan investigando, el 60% que los medios de comunicación nos ayuden a saber la verdad y al 74% nos ha parecido bien que el fiscal general haya abierto diligencias sobre la posible ocultación de pruebas. Algunos intentan retorcerlo, pero les sale una cosa muy extraña.

En fin, que los “conspiranoicos” somos una mayoría de los españoles, y si somos una mayoría no es porque seamos unos raros, sino porque lo raro es lo que nos contaron sobre el mayor atentado que hemos sufrido en nuestra historia.

4 comentarios:

  1. Parece que el fiscal ya ha dado marcha atras. De donde no hay no se puede sacar. Respecto al 49% de españoles, será 49% de lectores del Mundo.

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  2. Me produce profundo pesar leer comentarios como el anterior, ante una masacre y desgracia tan grande. Posiblemente no te hayas puesto en el pellejo de la madre que perdió a su hijo, o la esposa o el hijo que perdieron su vida ahí desgarrando cientos de vidas directa o indirectamente.
    personas como tú, tienen la conciencia dormida o al servicio de "entes" que solo buscan su beneficio por encima de la racionalidad y el sano raciocinio.
    Gracias Castrillejo, por no dejar que muera esta memoria, porque hay muchas memorias y todas merecen nuestro respeto.

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  3. Ese atentado está juzgado y sentenciado y aquí los únicos que juegan con las victimas son los que siguen intentando ver conspiraciones y cosas raras donde no las hay. A las pruebas me remito

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  4. Me siguen entristeciendo tus comentarios. y me produce una gran pena tu falta de conciencia. No seguiré perdiendo el tiempo contigo.

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Puedes opinar lo que quieras, siempre que lo hagas con respeto, pero recuerda que uno es reo de sus palabras y dueño de sus silencios, así que tú mismo. Ah, y yo solo me hago responsable de lo mío, que ya es bastante.