Yo, mañana, no haré huelga

Voy a intentar explicar la actual situación económica española de una forma genérica y muy sencilla, a través de una metáfora que, incluso, los consigna´s men puedan entender.

Económicamente España está en una barca en medio de un lago. La barca se está hundiendo, está a puntito de desaparecer en el fondo del lago. ¿Qué opciones tenemos? La primera, no hacer nada y hundirnos con la barca. La segunda, lanzarnos al agua y bracear fuertemente hasta llegar a la orilla. Y la tercera sería lanzarnos al agua, nadar un poquito y pararnos a mitad de camino, es más activa que la primera, pero al no hacer lo necesario, como en la segunda, nos ahogaríamos de todas, todas.

Los sindicaleros, los que convocan la huelga de mañana, defienden la primera opción. No hacer nada. Esto nos llevaría a hundirnos, es decir, a ser rescatados e intervenidos. A ellos, a los sindicaleros, esto les da igual, quieren mantener el estatus quo porque así seguirán viviendo como marqueses, marqueses de los de antes, que eran los vivían bien. Nos les importa que el actual sistema laboral haya destruido tres millones y medio de puestos de trabajo en época de crisis. O lo que es peor, que época de bonanza mantuviese un paro de millón y medio, con la necesidad de atraer mano de obra emigrante. Eso nunca puede ser un buen sistema laboral.

Los que defienden la segunda opción, una gran parte de la derecha y la parte menos troglodita de la izquierda –solo difieren en el número de brazadas a dar–, en el fondo, no quieren cambiar de sistema. Ven que ahora las cosas van mal y esperan que con un pequeño ajuste salir del bache, para después volver a las andadas. Al fondo del lago, también nos llevarán.

Por último, estamos los que queremos hacer el esfuerzo de salir del lago y llegar a la orilla. Cuando lleguemos a esa orilla estaremos empapados y exhaustos pero después de secarnos podremos empezar a andar. Tenemos que reformar, no solo el mercado de trabajo, sino todo el sistema económico y político español. Tenemos que vivir en tierra firme, con los pies en el suelo, es la única forma de hacer camino. Son las reformas que debieron haberse realizado cuando empezó a humedecerse el suelo de barca, en la segunda legislatura de Aznar. Por aquel entonces podríamos haber alcanzado la orilla subidos a la barca, sin mojarnos, pero como, desde entonces, en vez de remar hacia la orilla, nos hemos estado tumbados tomando el sol, al final, hemos llegado al momento en que la barca está prácticamente hundida. El gobierno evitó que se hundiera –que España quebrase– con el chute de ingresos públicos que consiguió con el impuestazo de principios de año, pero las autonomías y la seguridad social se lo han comido, eso y la mitad del déficit para este año.

Así que, el quiera hacer huelga mañana que la haga, pero que sepa que si triunfa y no se hacen las reformas necesarias nos hundiremos en medio del lago, es decir, seremos intervenidos, y entonces sabremos lo que vale, no un peine, sino un déficit público desbocado.