Quince años sin Miguel Ángel
“Duele mucho, no me gusta, cómo me va gustar que quienes aplaudieron el asesinato de mi hermano hoy estén haciendo política sin haber movido ficha. Para mi supone una humillación a las víctimas del terrorismo. Están muy crecidos”, Marimar Blanco, hermana del mártir español Miguel Ángel Blanco. Tiene toda la razón y el gobierno de Rajoy sin hacer todo lo necesario para que esto no sea así.
El año pasado, en el homenaje que desde aquí realizo todos los 12 de julio, confiaba que, con el previsible cambio de gobierno, empezaríamos a reandar el camino que iniciamos los españoles cuando eta nos torturó y asesinó a Miguel Ángel Blanco. Pero no ha sido así. Los asesinos han vuelto a los ayuntamientos, al parlamento nacional y volverán al parlamento autonómico. Y quizás, sumándose a esta ignominia, obtengan el gobierno de la comunidad autónoma vasca. Así, yo también quiero ser derrotado. Una derrota donde me llevó el botín, el poder y dejo la humillación a mis enemigos. Es bastante más que una dulce derrota.
Está muy bien que se detengan terroristas, que les incaute armamento, que no puedan, o quizás es que no quieran –de momento– atentar, etc. Pero estaría mejor, si a esto se le añadiera que no tuviesen ningún representante institucional, que sus brazos políticos siguiesen ilegales, que no tuviesen acceso a fondos públicos, que soportasen la humillación de la derrota en una guerra que empezaron ellos, donde solo ellos han puesto las balas y nosotros los muertos. Y me gustaría ver, como nos prometieron, que estas alimañas se pudren en las cárceles, que los asesinos fuesen condenados a cadena perpetua.
Espero que no seamos tan imbéciles de dejar este problema sin resolver a nuestros hijos, cosa que pasará si seguimos con la política de genuflexión ante la bestia. Que sigue siendo bestia aunque vaya al ayuntamiento con corbata. Espero, que si alguna vez visito la tumba de Miguel Ángel Blanco –que desgraciadamente tendré que hacerlo en Galicia, porque ni muerto estos seres inmundos le dejan en paz–, poder decirle que su muerte no fue en vano, que al final ganamos. Hoy no podría hacerlo.
EN MEMORIA
ResponderEliminarMiguel Ángel Blanco Garrido (Ermua, 13 de mayo de 1968 - Lasarte, 13 de julio de 1997), concejal por el Partido Popular de Ermua, Vizcaya. Secuestrado por ETA a las cuatro de la tarde del jueves 10 de julio de 1997. Durante dos días se produjeron manifestaciones en toda España pidiendo su liberación, naciendo lo que se ha dado en llamar el espíritu de Ermua. Finalmente, la tarde del sábado 12 de julio apareció herido de muerte con dos heridas por arma de fuego en la cabeza. Falleció horas después, en la madrugada del 13 de julio, pero 15 años después su espíritu y el espíritu de Ermua sigue vivo entre nosotros y no debe apagarse nunca.
YO NO LO OLVIDO
Eduardo Gutiérrez Pérez
Nadie que viviera aquellos días va a olvidarlos fácilmente, pero quizá sea momento de preocuparnos por otros problemas ahora que recortan los servicios sociales con el descaro que estamos viendo.
ResponderEliminarSon tantas cosas y tan tremendas y vergonzosas las que están sucediendo...que no sabría ni por donde comenzar.
ResponderEliminarLo que está claro es que no hay derecho a todo esto. Es indignante.
Carnet de Manipulador de Alimentos