Los socialistas siempre, siempre, siempre terminan utilizando a la policía para delinquir

Remontémonos a los nefastos tiempos de la república, cuando el PSOE tuvo por primera vez el poder, para recordar que la guardia mafiosa de Indalecio Prieto, conocida por “la motorizada”, ya estuvo implicada en el asesinato de Calvo Sotelo. La segunda llegada al poder del socialismo español, de manos de Felipe González, terminó con toda la cúpula de interior, incluyendo al ministro, condenada por un sin fin de tropelías.

Y ahora, los que pensaban que con Zapatero llegaba a Moncloa un inepto pero no un sinvergüenza, no se fijaron que llevaba a Rubalcaba al lado. Si cuando Rubalcaba le dijo al diputado popular, Carlos Floriano: “Veo todo lo que haces y oigo todo lo que dices”, lo decía por algo. Si cuando Cospedal acusó al gobierno de espiar al PP, era porque el río ya sonaba.

Interligare, se llama el invento creado por altos cargos del ministerio del interior cuando Rubalcaba mandaba en ese negociado. Una empresa que se dedica a la consultoría de inteligencia y seguridad, que presuntamente ha recibido de forma ilegal contratos y subvenciones del ministerio del interior, del ministerio de industria y del ministerio de ciencia y tecnología, pero que en realidad, parece ser, que se dedicaba, entre otras cosas, al espionaje del que por entonces era el partido de la oposición. Y para que no le falte de nada, tenemos también a Garzón.

El gobierno espiando a la oposición. Primera lección del “Manual del buen socialista”, utilizado en la asignatura, “Creando demócratas de toda la vida”.

Coda: Y la semana que viene hablamos del 11-M, sin olvidarnos del Faisán, por supuesto.