ANTIAMERICANISMO EN ACCIÓN Colombia y las siete bases de la discordia Por Carlos Alberto Montaner
Ardió Troya. El presidente Álvaro Uribe y el Departamento de Estado norteamericano anunciaron la utilización conjunta de siete bases militares colombianas. Inmediatamente, Hugo Chávez, Fidel Castro, Rafael Correa, Evo Morales y Daniel Ortega comenzaron a chillar. Uribe era un traidor y la presencia militar norteamericana una amenaza para el Continente.
Fidel Castro se estrenó como bolerista con una lírica reflexión sobre "siete puñales clavados en el corazón de América". La pintoresca "banda de los cinco" perteneciente al socialismo del siglo XXI se sentía en peligro. Pero no sólo ellos. Brasil, por medio de su canciller Celso Amorim, más la diplomacia chilena, mostraron su preocupación en primera instancia. Luego la señora Bachelet y Lula da Silva, tras la persuasiva visita de Uribe, fueron más comprensivos. Uribe le había ganado la partida diplomática a Chávez antes de la reunión de Unasur.
Cinismo e hipocresía
Hugo ChávezLa dosis de cinismo e hipocresía que encierra este episodio es copiosa. Nadie pareció preocuparse cuando Chávez, hace unos meses, dijo que pensaba crear 20 bases militares en Bolivia, o más tarde cuando invitó a la armada rusa a recorrer las aguas americanas en maniobras conjuntas con la marinería venezolana. Tampoco sonaron las alarmas con el esfuerzo armamentista del coronel venezolano y su anuncio de crear una milicia de un millón de hombres, o con sus peligrosos pactos con Irán y con Corea del Norte que nada bueno le traerán a la región. Súbitamente, se olvidaron las bases soviéticas en Cuba, entre ellas la mayor del planeta dedicada al espionaje electrónico, y los cuarenta mil militares de ese país que llegaron a residir en la Isla durante los peores momentos de la Guerra fría.
Hay que admitirlo con todo realismo: el antiamericanismo parece ser una pulsión ideológica mucho más fuerte que la preocupación por el destino de una sociedad como la colombiana, amenazada por la peor pandilla de asesinos del mundo. Ningún país latinoamericano jamás le ha ofrecido ayuda a Colombia en su agónica lucha contra los narcoterroristas de las FARC o del ELN. Por el contrario: los documentos ocupados a los cabecillas colombianos muertos en combate o detenidos demuestran la complicidad de los gobiernos de Ecuador, Venezuela y Brasil con las guerrillas comunistas.
Los generales venezolanos Cliver Alcalá y Hugo Carvajal, nada menos que el jefe de inteligencia militar, encabezaban los contactos con las FARC en representación de un Chávez empeñado en otorgarles el carácter de "beligerantes legítimos" a unos delincuentes que viven del narcotráfico y la extorsión. El ex ministro ecuatoriano Gustavo Larrea y el alto funcionario José Ignacio Chauvín, personalidades muy cercanas al presidente Rafael Correa, un gobernante curiosamente convencido de que "no hay nada malo en ser amigos de las FARC", desempeñaban un papel parecido. Mientras tanto, el brasilero Marco Aurelio García, consejero áulico de Lula da Silva y su hombre de confianza (luego separado del cargo por un episodio de corrupción), también le daba diversas formas de ayuda diplomática y política a la sanguinaria banda armada del desaparecido Tiro Fijo, colega del Partido del Trabajo brasilero en el Foro de Sao Paulo.
La verdad es que Uribe ha tenido que buscar la solidaridad norteamericana porque sus "hermanos" latinoamericanos se la niegan y sus vecinos intentan hundirlo. Y ni siquiera se trata de una actitud nueva. Hace unos años, en tiempos de Pastrana, cuando Washington y Bogotá anunciaron el Plan Colombia para asistir militarmente al país, los estados limítrofes también protestaron. Les traía sin cuidado que miles de colombianos fueran secuestrados o asesinados por las guerrillas comunistas o por paramilitares. Lo único que parecía preocuparles es que el conflicto se extendiera fuera de las fronteras colombianas, aunque supieran que eso ya había ocurrido, dado que no hay actividad más globalizada que el tráfico de drogas y ésa era la principal fuente de recursos de las FARC, el ELN y de los hoy felizmente desbandados paramilitares.
Por supuesto, estos revitalizados vínculos militares entre Estados Unidos y Colombia no están fundados en la solidaridad moral, sino en una evidente coincidencia de intereses. Para los dos países el narcotráfico es un enemigo formidable. Colombia quiere erradicarlo porque es la savia de la que se nutren las guerrillas narcoterroristas, mientras Estados Unidos, que comenzó su lucha para evitar que millones de drogodependientes norteamericanos tuvieran acceso a estas sustancias, hoy lo combate, fundamentalmente, porque los cárteles de la cocaína ya operan en 209 ciudades norteamericanas y se han convertido en una amenaza para la seguridad del país cien veces mayor que la vieja y familiar mafia siciliana.
A lo que se agrega otro elemento siniestro: existe, además, el riesgo de la proliferación nuclear. Israel lo ha denunciado vigorosamente: la Venezuela de Hugo Chávez, además del antisemitismo que exhibe sin ningún pudor, está colaborando con Irán en el terreno militar de dos maneras muy peligrosas. Le proporciona uranio y adquiere sistemas electrónicos sofisticados que luego transfiere a Irán para la fabricación de misiles capaces de alcanzar a Israel. De acuerdo con el análisis de los servicios israelíes, Irán se está preparando para la guerra y Hugo Chávez es su cómplice más entusiasta. Es obvio que a Estados Unidos le interesa conocer exactamente los pasos que da Venezuela en esa dirección. La desestabilización de esa región del mundo es un tema de seguridad nacional.
El fiasco brasilero
Lula da SilvaImplícitamente, esta nueva etapa de la alianza entre los dos países también pone en evidencia otro asunto muy importante: se terminó la ilusionada fantasía de que Brasil podía convertirse en una potencia internacional seriamente comprometida con la democracia, la estabilidad regional y el comercio libre.
Brasil, sencillamente, no es un aliado fiable. Objetivamente, está más cerca de las FARC que de Colombia. Respalda a Hugo Chávez sistemáticamente, ignora todos los atropellos cometidos contra la oposición democrática venezolana y es un aliado firme en el campo diplomático de la dictadura cubana. Dejó morir deliberadamente el Tratado de Libre Comercio o ALCA cuando le tocaba impulsarlo. No es capaz de controlar la Triple Frontera, en donde campean a sus anchas terroristas y narcotraficantes de todos los pelajes, y ni siquiera consigue poner orden en sus propias favelas.
Para dolor y desgracia de todos, Brasil sigue siendo un país del Tercer Mundo, cuya cúpula dirigente, al menos mientras gobierne Lula da Silva, pese a la prudencia con que se maneja en los asuntos internos, en el terreno internacional continúa dominada por las disparatadas ideas tercermundistas que en la década de los noventa le llevó a crear el Foro de Sao Paulo junto a Fidel Castro. Tal vez un Brasil diferente, más responsable, coherente y solidario, hubiera hecho innecesaria la presencia norteamericana en Colombia, pero ese Brasil no existe.
Es asombroso que las genuinas democracias latinoamericanas se preocupen por la presencia militar norteamericana en unas bases colombianas, y no adviertan que los dos grandes peligros para la supervivencia de las libertades en el continente surgen del espasmo intervencionista del chavismo y de las bandas de narcotraficantes que operan en el continente, dos fenómenos fuertemente vinculados. Es muy triste que el único aliado real de Colombia sea Estados Unidos, pero así son las cosas. América Latina, sencillamente, es un mundo de gobiernos indefensos incapaces de percibir los peligros que acechan, y mucho menos de formular una estrategia defensiva colectiva. Así nos va.
Lo de este infame tiranozuelo es execrable, no es de extrañar que intelectualoides e ideólogos antisemitas con nulas credenciales democráticas como Noam Chosmky y toda esa patulea sean agasajados en la república bananera y alaben al Gorila Rojo que hunde en la miseria a su país haciendo gala de un despotismo liberticida abominable.
Este sátrapa no soporta la independencia de una democracia como Colombia que lleva combatiendo mucho tiempo el terrorismo y el narcotráfico, y que quiera seguir defiendo su integridad y las libertades de sus compatriotas, cosa que a Chávez no le preocupa, porque no para de pisotearlas en Venezuela.
Como muestra:
Este es el futuro que quiere Chávez para Venezuela basado en el pensamiento único, pretende adoctrinar a la población incluso a través de la educación fomentando el odio a los países libres y buscando la alianza con países de escasa calidad democrática. La nueva Educación para la Ciudadanía en clave bolivariana.
Por cierto, "para Chávez, las horas extra son un "vicio" (sic) que hay que erradicar. En efecto, también los trabajadores venezolanos tienen la fea costumbre de exigir el pago de los honorarios correspondientes a las labores realizadas fuera de su horario habitual, con el incremento fijado en los acuerdos colectivos. Esto de los convenios, que Chávez denomina "contratos colectivos", es otra lacra de las relaciones laborales que el mandatario venezolano desprecia profundamente, porque atacan al Estado, es decir, a la capacidad gubernamental de fijar de forma científica cuánto debe cobrar cada trabajador.
Los progres europeos, divididos entre los que se declaran fascinados por las conquistas bolivarianas y los que disculpan los "excesos" totalitarios de la revolución porque se realizan por una causa elevada (la implantación del socialismo), deberían reflexionar sobre su condición laboral si vivieran en un país gobernado al estilo de su ídolo sudamericano.
Y como todo lo que hace Chávez les parece estupendo, incluida su campaña brutal contra los medios de comunicación privados (285 emisoras de radio cerradas son su última conquista en este terreno), sería bueno que importaran a sus empresas el modelo venezolano suprimiendo los convenios colectivos, dejando de cobrar las horas extra y cediendo al empresario la facultad exclusiva de decidir sobre su salario. Igual al principio es algo molesto, pero como ellos mismos suelen decir, lo harían por una buena causa. ¿O es que sólo los trabajadores de Venezuela van a tener derecho a disfrutar de tanta felicidad?""
El famoso vídeo donde el Gorila Rojo, el fantoche al que idolatran nuestro progres europeos y españoles, condensa su "pensamiento político" en materia laboral... ahí tienen a ese gran "democráta" revolucionario, defensor del proletariado y demás zarandajas panfletarias:
http://www.youtube.com/watch?v=0FeRysXo2yg
(He ahí el nivel intelectual de nuestros progres y su respeto por la democracia y las libertades cuando unos admiran y otros, cuando menos, disculpan los excesos del simpático "líder bolivariano").
Todos los dictadores que han sentado sus reales en alguna parte de este mundo han albergado la pretensión de cambiarlo. Han imaginado una sociedad a su medida; han soñado con ser una especie de Dr. Frankenstein social capaz de crear el mundo, asimilando su fatuo poder al ejercido por Yahvé en el Génesis. No se libra de esta tentación Hugo Chávez, como tampoco se libraron Hitler, Stalin, Sabino Arana y tantos otros cuya pretensión fue la construcción de un mundo diferente. Ahora bien, todos ellos tienen en común un odio cerval a la libertad, una falta absoluta de fe en los individuos, y la certeza de la tendencia al adormecimiento en las sociedades a medida que se incrementa el carácter tuitivo del Estado.
Hasta aquí lo escrito es público y notorio; en cambio, se da por supuesto, y aquí radica la gravedad, es que la progresía, bajo un hálito de defensa de la libertad y pavoneándose de una supuesta sensibilidad hacia los problemas de los más pobres, ha emprendido una cruzada contra la libertad individual en todo el planeta. Los progres representan la verdadera internacional. Jamás soñó Marx con una estructura tan homogénea, coordinada, obediente a la consigna y bajo la influencia de los pseudointelectuales que funcionase como un reloj de Breguet.
Uno de los cabecillas de semejante ola de homogeneización de pensamiento, uno de los tiranos de la intolerancia progre, es Noam Chomsky. Este sujeto octogenario, ilustre lingüista, encarna perfectamente lo que Hayek ya denominaba los propagandistas del falso individualismo. Son aquellos que parten del racionalismo cartesiano y acaban mostrando una falta de confianza absoluta en las personas. Pretenden liquidar todas las instituciones intermedias de la sociedad civil que nacen de forma natural y sin un propósito previo para situar al individuo aislado frente al Estado. Según estos dictadores del pensamiento, como decía mi amigo Denis Jeambar, una institución sólo es buena si es un producto pensado y cuyo objetivo se encamina hacia una intervención del Estado en detrimento de la libertad.
Este Chomsky, por supuesto, nacido y criado en la costa Este de los Estados Unidos, es uno de los adalides mundiales del la "Internacional progre", junto a Petit, Annan, Stiglitz y casi el cien por cien de los cineastas europeos y la mitad de los americanos. Este antisemita venerado por el boletín de la progresía americana, el New York Times, acaba de descubrir las bondades del tiránico régimen de Chávez en Venezuela. Le hemos podido contemplar sonriente con el dictador caribeño anunciando el advenimiento de un nuevo mundo gracias al esfuerzo de Chávez. Esta loa de la tiranía es propia de la izquierda posterior a la guerra fría, que no pudo enterrar la libertad a base de bota y Kalashnikov y ahora intenta subyugarla a base de populismo de inspiración peronista a ambos lados del Atlántico; esto sí que representa una amenaza digna de ser tomada en cuenta. A todos los creadores del pensamiento de la "Internacional Progre" les molesta Israel; les gustan los tiranos musulmanes; odian a los Estados Unidos y acuden raudos en socorro mediático de cualquier tiranuelo que, para ocultar la subyugación de su pueblo, distrae la opinión con grandes alharacas antiamericanas. Lo que de verdad me preocupa es el grado de global aceptación que este movimiento liberticida está alcanzando. Por el bien de todos, espero que nunca se haga realidad ese otro mundo frankensteiniano y hediondo de Chomsky y Chávez." (LD)
"DEL NAZISMO AL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI Chávez y la involución en las democracias Por Ángel Fernández
La metodología subversiva de Hitler está siendo empleada por el populista Hugo Chávez para perpetuarse en el poder y extender el socialismo a los países bajo su influencia totalitaria. Y es que la Alemania nazi es un claro ejemplo de cómo una ideología totalitaria logra alcanzar el poder utilizando las fisuras legales de una democracia parlamentaria con un Estado de Derecho deficientemente desarrollado.
Y es que la Alemania nazi es un claro ejemplo de cómo una ideología totalitaria logra alcanzar el poder utilizando las fisuras legales de una democracia parlamentaria con un Estado de Derecho deficientemente desarrollado. Adolf Hitler fue elegido Führer del Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo (NSDAP) en el año 1921 y el radicalismo de la ideología nazi se reflejaba en sus discursos demagógicos, en su estrategia de desacreditación de la moral judeocristiana para imponer su escala de valores nihilista y contraria al arraigo de la sociedad civilizada, en el adoctrinamiento de la juventud y, en una organización paramilitar (camisas pardas) que aterrorizaba a sus enemigos políticos y a la población contraria al movimiento nacional-socialista. Ante la inacción del sistema judicial y del Gobierno democrático, dos años más tarde Hitler lideró un intento de golpe de Estado fallido denominado el Putsch de la Cervecería. Fue sentenciado a cuatro años de cárcel, pero permaneció sólo ocho meses en su celda, ya que fue indultado.
Tras la profunda crisis económica de 1929, la demagogia y la propaganda del partido nazi lograron incrementar su presencia en el Reichstag. En 1933 ganaron las elecciones y, con Hitler ya instalado en el poder, se impusieron continuos cambios legislativos que permitieron transferir el control del poder judicial al partido nazi, reemplazar los sindicatos por el Frente de Trabajo nazi, cerrar los medios de comunicación opuestos al régimen y, finalmente, prohibir otras formaciones políticas.
Se comenzó a planificar centralmente la economía y se orientó la producción hacia la industria militar para constituir un poderoso ejército. El inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939 fue el desenlace previsible a la falta de respuesta de las democracias parlamentarias.
Las democracias occidentales debieron haber estado más vigilantes y debieron actuar ante tan serias amenazas a las instituciones morales que permiten la sociedad civilizada, como el respeto por la vida, la libertad, la igualdad ante la ley y las propiedades de los judíos, de los gitanos, de los opositores políticos o de los ciudadanos de las naciones que fueron invadidas por el ejército nazi.
El ejemplo de Alemania pone de manifiesto cómo fisuras democráticas, la debilidad de sistemas judiciales y la ineficiente dispersión pluralista del poder permiten que demagogos populistas se aprovechen de resquicios legales para subvertir el orden constitucional e imponer una dictadura, por medio de legislación liberticida.
Algo similar ha sucedido en Venezuela. Hugo Chávez también protagonizó un golpe de Estado fallido en el año 1992, por el que fue procesado y encarcelado durante dos años. Pero, inexplicablemente, fue indultado por el presidente Rafael Caldera, quien actuó de modo irresponsable, de espaldas a la historia, ignorando la dimensión del desafío totalitario que debía combatir.
Sin quedar incapacitado para el ejercicio de cargos públicos y sin cumplir una condena ejemplar, el golpista Chávez pudo presentarse a las elecciones y en el año 1999 llegó al poder. Desde entonces, Venezuela asiste a la paulatina destrucción de su democracia. El precio del barril de crudo, por encima de 40 dólares, permite apuntalar a los dirigentes socialistas bolivarianos en Venezuela y a las compañías y grupos sociales que medran del Estado y, desgraciadamente, también extiende la financiación del narcoterrorismo y de la revolución bolivariana por Centroamérica y Sudamérica.
Los petrodólares y el discurso bolivariano están incendiando el continente con subvenciones a partidos políticos que promueven el odio de clases y la demagogia populista para alcanzar el poder. Su objetivo final es formar una unión socialista panamericana denominada Alternativa Bolivariana (ALBA) desarrollada en torno a la República Bolivariana de Venezuela como centro neurálgico.
Al modo paramilitar nazi, se crearon los círculos bolivarianos, que se dedican a la propaganda, controlan trabajadores, barrios y ciudades enteras con el propósito de amañar los procesos electorales y amedrentar a los opositores del régimen.
Ya vimos el camino de servidumbre por el que transitan las democracias parlamentarias con fisuras normativas y con dirigentes que no afrontan decididamente los desafíos que plantean las organizaciones terroristas y los partidos políticos totalitarios. De hecho, en Venezuela, primero se cerró la cadena de televisión RCTV, para después revocar licencias de 240 emisoras de radio y de 44 televisiones. Se amedrenta se modo sistemático a los editores de los periódicos y ahora incluso se legisla para penalizar la libertad de expresión de modo que "toda persona que divulgue a través de un medio de comunicación social noticias falsas que ocasionen grave alteración a la tranquilidad pública (...) será castigada con una pena de prisión de dos a cuatro años".
Caracas ya no es ni la sombra de lo que era hace unos años. Coches muy antiguos. Negocios medio arruinados y sin mantenimiento. Hoteles de cuatro estrellas que no llegan a dos. Pobreza y más pobreza, debido al intervencionismo revolucionario que aleja el desarrollo al destrozar las libertades, la propiedad privada, el tejido productivo y, en general, la libre interacción entre personas.
La magnifica obra de teatro El Aguila y la Niebla, de Narciso Ibáñez Serrador, representa la historia de un demente que se cree la reencarnación de Napoleón e intenta constituir los Estados Unidos de Sudamérica. Parece una locura, algo incongruente y absurdo, un tremendo caso clínico de desorden mental pero, lamentablemente, la realidad supera a la ficción. La diferencia es que el megalómano está utilizando la figura de Simón Bolívar para promover la colectivización de una sociedad."
HISPANOAMÉRICA Venezuela, miseria socialista Por Carlos Ball
Quien todavía tenga dudas de que el socialismo conduce irremediablemente a la miseria debe observar lo sucedido en Cuba a lo largo de 50 años y en Venezuela durante los últimos 10.
El gobierno grande y todopoderoso logra beneficiar a un número muy limitado de personas porque bajo el estatismo socialista no hay adelantos ni innovaciones en la industria o el comercio. Fidel Castro se copió casi todo de la fracasada Unión Soviética, y ahora Hugo Chávez se copia lo hecho por Castro en Cuba.
Los adelantos e innovaciones no pueden ser planeados por el gobierno, sino que necesariamente son el producto de la dedicación y esfuerzo individual de quienes buscan mejorar su propia situación económica. Sin proponérselo, con ello logran contribuir al bienestar de toda la sociedad. Comparemos mentalmente el número de invenciones y mejoras producidas en los Estados Unidos durante el siglo XX con el de las que se lograron en la Unión Soviética.
En muchos países latinoamericanos hay ministerios de planificación que solamente han logrado frenar el desarrollo de esas naciones, malgastado el dinero de la población y promovido dañinos controles. Los inventos e innovaciones surgen de gente libre que asume los riesgos de dedicar tiempo y dinero a desarrollar alguna idea o un nuevo proyecto. Si tienen éxito obtienen un beneficio personal, pero al mismo tiempo están beneficiando con ello a sus conciudadanos, creando empleos y mejorando el nivel de vida.
El verdadero desarrollo económico no depende de las discusiones de los políticos en el Congreso, de los ministros ni, mucho menos, de lo que nos impone la burocracia, sino del flujo de innovaciones que jamás pueden ser planeadas centralmente. Claro, que si no hay respeto por los derechos de propiedad nadie se verá incentivado –ni perderá su tiempo y dinero– a tratar de lograr un mejor producto o servicio, porque ni él ni su familia se verán beneficiados.
En una sociedad libre, los mercados competitivos reemplazan las órdenes emanadas de la cúpula política, y la libertad de intercambio genera los incentivos para innovar, todo lo cual mejora el nivel de vida de la gente. Ese es el verdadero capitalismo, tan despreciado por los políticos de izquierda.
Y los mismos políticos que se rasgan las vestiduras en supuesta defensa de los pobres son los que siempre están dispuestos a generar inflación, gastando mucho más de los ingresos del gobierno, devaluar la moneda y endeudar a la nación.
En Venezuela, Chávez está expropiando haciendas productivas e industrias exitosas, aparentemente sin entender –o sin que le importe– que cuando algo es de todos a nadie duele, por lo que automáticamente desaparecen todos los incentivos para operar eficientemente, aumentar la producción y generar ganancias. Por el contrario, el incentivo entonces es congraciarse con el gobernante, tomar decisiones que aumenten su poder y tiendan a perpetuarlo en el palacio presidencial.
Si colocáramos invertido un gráfico que muestre la curva del incremento de regulaciones, multas e intervención gubernamental en la economía venezolana, veríamos bastante bien la caída de la producción petrolera, industrial y agrícola en ese país.
Por eso es tan amigo de ese otro gran "demócrata" que es Ahmanideyad, del que se va cogidito de la mano (gran Jaime Bayly):
http://www.youtube.com/watch?v=4EGqA8e1oLM
porque como les unen tantas cosas... y así le defiende, revolución islámica/iranía = revolución bolivariana (según Chávez):
http://www.youtube.com/watch?v=hV7JvqjAiZU
http://www.youtube.com/watch?v=U0RRpH8LL0I
Pero, no se crean, también sale en defensa de la maravillosa "democracia" de Corea del Norte:
http://www.youtube.com/watch?v=ScrOMlNmzw0
Y los titiriteros haciendo méritos, calladitos como meretrices. No seré yo quien afirme que es santa mi devoción alguien como Pilar Rahola cuyo doble rasero ya tuvimos oportunidad de comprobar (vencida con sus propias armas e ingiriendo su propia medicina):http://www.youtube.com/watch?v=_XNZs-I8BSY
Pero como es de justicia reconocer a cada cual lo suyo, merecen destacarse -aun con matices, pues siempre puede el prejuicio- artículos como el que sigue (El silencio de la progresía):
VENEZUELA Chávez y la guerra con Colombia Por Orlando Ochoa Terán
Pese a que es bien sabido que el presidente Chávez siempre tiene en Colombia una carta bajo la manga para encubrir situaciones críticas, no deja de ser extraño que, siendo la Venezuela bolivariana un país con extravagantes alianzas militares con los más siniestros y forajidos gobiernos del mundo, pueda justificar que se siente obligado a "revisar" las relaciones con Colombia a propósito de acuerdos, también militares, suscritos por Bogotá con EEUU.
Subyacente en esta "revisión" está la amenaza a los beneficios que obtiene Colombia en el intercambio comercial con Venezuela, pese a que, paradójicamente, el presidente Uribe ha sido objeto de los insultos más procaces del líder bolivariano.
Si bien estos beneficios se deben a las calculadas maniobras del astuto Uribe, que juega con el errático líder bolivariano con una frialdad pasmosa, gran parte de ese crédito se debe a la superior política exterior y al trabajo de inteligencia colombianos, que siempre han estado en ventaja con sus pares bolivarianos, pese a estar éstos asistidos por los cubanos.
El juego diplomático
A las dificultades bolivarianas de enfrentarse con la diplomacia y la inteligencia del vecino país se ha agregado la habilidad de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien, como una experta en jiu jitsu, acaba de utilizar los torpes movimientos de los miembros del ALBA y especialmente del pesado Insulza para sacarlos de balance y arrebatarles la iniciativa del problema de Honduras.
Esto no sería tan grave si la cancillería asistiera al presidente Chávez en tan delicada labor. Pero es el caso que éste no acude a los funcionarios para que lo aconsejen. El propio ministro Maduro, a quien Chávez probablemente seleccionó porque asocia la diplomacia a los trajes de Armani y las corbatas de Givenchy, para los efectos políticos internacionales es lo que la clase media venezolana llama un "servicio de adentro", cuya función se limita a atender el teléfono, transmitir los mensajes, abrir la puerta a los visitantes y, en ocasiones, atender a los invitados con tragos y canapés. En realidad, como todos nosotros, el canciller Maduro se entera de la política exterior bolivariana por los medios de comunicación.
Así como el recurso al "magnicidio" es el primer síndrome de que algo anda mal en los asuntos domésticos del presidente Chávez, su equivalente en política exterior solía ser la "guerra asimétrica" contra el imperialismo yankee pre-Obama. Pero cuando las cosas están en vías de volverse dramáticas, entonces aflora el síndrome de la "guerra con Colombia", y ahora, subsidiariamente, la intervención en Honduras. En una ocasión hubo convergencia: el complot del "magnicidio" se originó en Bogotá, según el presidente Chávez. Un juego peligroso que los vecinos colombianos siguen con atención. Sin embargo, hasta el más lerdo de los cadetes venezolanos sabe que la corporación militar colombiana es la más experimentada del Hemisferio Occidental después de la gringa, de la que aquélla es aliada.
A pesar de esta realidad, los oficiales bolivarianísimos, que exhiben soles en la charretera, son los más valientes cuando desafían a la sociedad civil de su propio país. Revise el lector el discurso del generalísimo Mata Figueroa el pasado 5 de julio, o el del arrojado general Almidien Moreno Acosta, quien, al asumir el mando de la Primera División de Infantería y Guarnición Militar de Maracaibo, como si se tratara de Aníbal descendiendo de los Alpes sobre el Imperio Romano, dijo que la gobernación del estado Zulia era "un enemigo más que tenemos".
En marzo del pasado año, estos Mata y Almidien de nuestra FAN debieron de respirar tranquilos, agradecidos con el general Raúl Baduel, que exhortó a las fuerzas armadas de Colombia a hacer caso omiso de las amenazas de guerra del presidente Chávez, quien había ordenado una movilización de unidades de infantería y blindados hacia la frontera.
Con el general Baduel en la cárcel, pagando la osadía de desafiar a la revolución armada y al comandante en jefe, ¿quién se encargará esta vez de tranquilizar los temores de los oficiales bolivarianos recordándole a la fuerza armada de Colombia que el presidente Chávez no habla en serio cuando habla de guerras, convencionales o asimétricas?
Te pido por favor que dejes de pegar textos completos de artículos publicados en otros medios. Pon las referencias y coméntalos si así lo deseas pero no pongas el texto completo, y menos tantos textos, que lo único que consigues es enfangar los comentarios y que nadie pueda seguir ningún debate. Amén de que creo que nadie los lea, yo no lo hago.
Lo de Chávez es de traca, mientras tiene Venezuela como refugio de terroristas para que puedan hacer prácticas de tiro y que, por ejemplo, la ETA sea entrenada por las FARC, a las que el propio CHávez ayuda, tiene la desfachatez de negarle la posibilidad de combatirlas a Colombia y de que ésta con su independencia pueda protegerse con ayuda de aquellas democracias dispuestas a luchar contra el terror. El bufón y caudillo venezolano es un peligro que ha minado las libertades en su país, que extiends su neomarxismo por toda América Latina queriendo controlar su área de influencia y además tiene a los progres europeos, o por lo menos, españoles, que le ríen las gracias para nuestra desgracia.
Chávez es un bufón peligroso al que es inconcebible que le bailen el agua los progres europeos o españoles. No sólo miran para otro lado, sino que lo justifican y rinden pleitesía al caudillo venezolano. La verdad es que no hay tanta diferencia… el propio Janli Cebrián, ahora que no tiene los favores del gobierno y no se le paga por el trabajo sucio realizado, incluso se atreve a acusar al gobierno de ZP de república bananera; es cierto que en su caso le mueve el resentimiento por perder el oligopolio mediático que llevaban conservando los del imperio prisaico desde el felipismo, antenicidio incluido. Y sólo despotrica cuando el Duce Janli pierde el trono en favor de otros, como su competidor y marxistimillonario Jaume Roures. Pero, aun así, tiene razón. Ya escribió Cosidó un artículo sobre las enormes similitudes creando ese neologismo tan acertado de “zapachavismo”. Por cierto, yo sí que he leído aquí algunos de los artículos publicados en los comentarios, y la verdad, me han parecido muy interesantes. Gracias.
Puedes opinar lo que quieras, siempre que lo hagas con respeto, pero recuerda que uno es reo de sus palabras y dueño de sus silencios, así que tú mismo. Ah, y yo solo me hago responsable de lo mío, que ya es bastante.
ANTIAMERICANISMO EN ACCIÓN
ResponderEliminarColombia y las siete bases de la discordia
Por Carlos Alberto Montaner
Ardió Troya. El presidente Álvaro Uribe y el Departamento de Estado norteamericano anunciaron la utilización conjunta de siete bases militares colombianas. Inmediatamente, Hugo Chávez, Fidel Castro, Rafael Correa, Evo Morales y Daniel Ortega comenzaron a chillar. Uribe era un traidor y la presencia militar norteamericana una amenaza para el Continente.
Fidel Castro se estrenó como bolerista con una lírica reflexión sobre "siete puñales clavados en el corazón de América". La pintoresca "banda de los cinco" perteneciente al socialismo del siglo XXI se sentía en peligro. Pero no sólo ellos. Brasil, por medio de su canciller Celso Amorim, más la diplomacia chilena, mostraron su preocupación en primera instancia. Luego la señora Bachelet y Lula da Silva, tras la persuasiva visita de Uribe, fueron más comprensivos. Uribe le había ganado la partida diplomática a Chávez antes de la reunión de Unasur.
Cinismo e hipocresía
Hugo ChávezLa dosis de cinismo e hipocresía que encierra este episodio es copiosa. Nadie pareció preocuparse cuando Chávez, hace unos meses, dijo que pensaba crear 20 bases militares en Bolivia, o más tarde cuando invitó a la armada rusa a recorrer las aguas americanas en maniobras conjuntas con la marinería venezolana. Tampoco sonaron las alarmas con el esfuerzo armamentista del coronel venezolano y su anuncio de crear una milicia de un millón de hombres, o con sus peligrosos pactos con Irán y con Corea del Norte que nada bueno le traerán a la región. Súbitamente, se olvidaron las bases soviéticas en Cuba, entre ellas la mayor del planeta dedicada al espionaje electrónico, y los cuarenta mil militares de ese país que llegaron a residir en la Isla durante los peores momentos de la Guerra fría.
Hay que admitirlo con todo realismo: el antiamericanismo parece ser una pulsión ideológica mucho más fuerte que la preocupación por el destino de una sociedad como la colombiana, amenazada por la peor pandilla de asesinos del mundo. Ningún país latinoamericano jamás le ha ofrecido ayuda a Colombia en su agónica lucha contra los narcoterroristas de las FARC o del ELN. Por el contrario: los documentos ocupados a los cabecillas colombianos muertos en combate o detenidos demuestran la complicidad de los gobiernos de Ecuador, Venezuela y Brasil con las guerrillas comunistas.
Los generales venezolanos Cliver Alcalá y Hugo Carvajal, nada menos que el jefe de inteligencia militar, encabezaban los contactos con las FARC en representación de un Chávez empeñado en otorgarles el carácter de "beligerantes legítimos" a unos delincuentes que viven del narcotráfico y la extorsión. El ex ministro ecuatoriano Gustavo Larrea y el alto funcionario José Ignacio Chauvín, personalidades muy cercanas al presidente Rafael Correa, un gobernante curiosamente convencido de que "no hay nada malo en ser amigos de las FARC", desempeñaban un papel parecido. Mientras tanto, el brasilero Marco Aurelio García, consejero áulico de Lula da Silva y su hombre de confianza (luego separado del cargo por un episodio de corrupción), también le daba diversas formas de ayuda diplomática y política a la sanguinaria banda armada del desaparecido Tiro Fijo, colega del Partido del Trabajo brasilero en el Foro de Sao Paulo.
Detrás de la alianza
ResponderEliminarLa verdad es que Uribe ha tenido que buscar la solidaridad norteamericana porque sus "hermanos" latinoamericanos se la niegan y sus vecinos intentan hundirlo. Y ni siquiera se trata de una actitud nueva. Hace unos años, en tiempos de Pastrana, cuando Washington y Bogotá anunciaron el Plan Colombia para asistir militarmente al país, los estados limítrofes también protestaron. Les traía sin cuidado que miles de colombianos fueran secuestrados o asesinados por las guerrillas comunistas o por paramilitares. Lo único que parecía preocuparles es que el conflicto se extendiera fuera de las fronteras colombianas, aunque supieran que eso ya había ocurrido, dado que no hay actividad más globalizada que el tráfico de drogas y ésa era la principal fuente de recursos de las FARC, el ELN y de los hoy felizmente desbandados paramilitares.
Por supuesto, estos revitalizados vínculos militares entre Estados Unidos y Colombia no están fundados en la solidaridad moral, sino en una evidente coincidencia de intereses. Para los dos países el narcotráfico es un enemigo formidable. Colombia quiere erradicarlo porque es la savia de la que se nutren las guerrillas narcoterroristas, mientras Estados Unidos, que comenzó su lucha para evitar que millones de drogodependientes norteamericanos tuvieran acceso a estas sustancias, hoy lo combate, fundamentalmente, porque los cárteles de la cocaína ya operan en 209 ciudades norteamericanas y se han convertido en una amenaza para la seguridad del país cien veces mayor que la vieja y familiar mafia siciliana.
A lo que se agrega otro elemento siniestro: existe, además, el riesgo de la proliferación nuclear. Israel lo ha denunciado vigorosamente: la Venezuela de Hugo Chávez, además del antisemitismo que exhibe sin ningún pudor, está colaborando con Irán en el terreno militar de dos maneras muy peligrosas. Le proporciona uranio y adquiere sistemas electrónicos sofisticados que luego transfiere a Irán para la fabricación de misiles capaces de alcanzar a Israel. De acuerdo con el análisis de los servicios israelíes, Irán se está preparando para la guerra y Hugo Chávez es su cómplice más entusiasta. Es obvio que a Estados Unidos le interesa conocer exactamente los pasos que da Venezuela en esa dirección. La desestabilización de esa región del mundo es un tema de seguridad nacional.
El fiasco brasilero
Lula da SilvaImplícitamente, esta nueva etapa de la alianza entre los dos países también pone en evidencia otro asunto muy importante: se terminó la ilusionada fantasía de que Brasil podía convertirse en una potencia internacional seriamente comprometida con la democracia, la estabilidad regional y el comercio libre.
Brasil, sencillamente, no es un aliado fiable. Objetivamente, está más cerca de las FARC que de Colombia. Respalda a Hugo Chávez sistemáticamente, ignora todos los atropellos cometidos contra la oposición democrática venezolana y es un aliado firme en el campo diplomático de la dictadura cubana. Dejó morir deliberadamente el Tratado de Libre Comercio o ALCA cuando le tocaba impulsarlo. No es capaz de controlar la Triple Frontera, en donde campean a sus anchas terroristas y narcotraficantes de todos los pelajes, y ni siquiera consigue poner orden en sus propias favelas.
ResponderEliminarPara dolor y desgracia de todos, Brasil sigue siendo un país del Tercer Mundo, cuya cúpula dirigente, al menos mientras gobierne Lula da Silva, pese a la prudencia con que se maneja en los asuntos internos, en el terreno internacional continúa dominada por las disparatadas ideas tercermundistas que en la década de los noventa le llevó a crear el Foro de Sao Paulo junto a Fidel Castro. Tal vez un Brasil diferente, más responsable, coherente y solidario, hubiera hecho innecesaria la presencia norteamericana en Colombia, pero ese Brasil no existe.
Es asombroso que las genuinas democracias latinoamericanas se preocupen por la presencia militar norteamericana en unas bases colombianas, y no adviertan que los dos grandes peligros para la supervivencia de las libertades en el continente surgen del espasmo intervencionista del chavismo y de las bandas de narcotraficantes que operan en el continente, dos fenómenos fuertemente vinculados. Es muy triste que el único aliado real de Colombia sea Estados Unidos, pero así son las cosas. América Latina, sencillamente, es un mundo de gobiernos indefensos incapaces de percibir los peligros que acechan, y mucho menos de formular una estrategia defensiva colectiva. Así nos va.
Lo de este infame tiranozuelo es execrable, no es de extrañar que intelectualoides e ideólogos antisemitas con nulas credenciales democráticas como Noam Chosmky y toda esa patulea sean agasajados en la república bananera y alaben al Gorila Rojo que hunde en la miseria a su país haciendo gala de un despotismo liberticida abominable.
ResponderEliminarEste sátrapa no soporta la independencia de una democracia como Colombia que lleva combatiendo mucho tiempo el terrorismo y el narcotráfico, y que quiera seguir defiendo su integridad y las libertades de sus compatriotas, cosa que a Chávez no le preocupa, porque no para de pisotearlas en Venezuela.
Como muestra:
Este es el futuro que quiere Chávez para Venezuela basado en el pensamiento único, pretende adoctrinar a la población incluso a través de la educación fomentando el odio a los países libres y buscando la alianza con países de escasa calidad democrática. La nueva Educación para la Ciudadanía en clave bolivariana.
El Show de Chávez: La niña robot
http://www.youtube.com/watch?v=GEyWCtCLSbE
Perdón, *Noam Chomsky
ResponderEliminarPor cierto, "para Chávez, las horas extra son un "vicio" (sic) que hay que erradicar. En efecto, también los trabajadores venezolanos tienen la fea costumbre de exigir el pago de los honorarios correspondientes a las labores realizadas fuera de su horario habitual, con el incremento fijado en los acuerdos colectivos. Esto de los convenios, que Chávez denomina "contratos colectivos", es otra lacra de las relaciones laborales que el mandatario venezolano desprecia profundamente, porque atacan al Estado, es decir, a la capacidad gubernamental de fijar de forma científica cuánto debe cobrar cada trabajador.
Los progres europeos, divididos entre los que se declaran fascinados por las conquistas bolivarianas y los que disculpan los "excesos" totalitarios de la revolución porque se realizan por una causa elevada (la implantación del socialismo), deberían reflexionar sobre su condición laboral si vivieran en un país gobernado al estilo de su ídolo sudamericano.
Y como todo lo que hace Chávez les parece estupendo, incluida su campaña brutal contra los medios de comunicación privados (285 emisoras de radio cerradas son su última conquista en este terreno), sería bueno que importaran a sus empresas el modelo venezolano suprimiendo los convenios colectivos, dejando de cobrar las horas extra y cediendo al empresario la facultad exclusiva de decidir sobre su salario.
Igual al principio es algo molesto, pero como ellos mismos suelen decir, lo harían por una buena causa. ¿O es que sólo los trabajadores de Venezuela van a tener derecho a disfrutar de tanta felicidad?""
El famoso vídeo donde el Gorila Rojo, el fantoche al que idolatran nuestro progres europeos y españoles, condensa su "pensamiento político" en materia laboral... ahí tienen a ese gran "democráta" revolucionario, defensor del proletariado y demás zarandajas panfletarias:
http://www.youtube.com/watch?v=0FeRysXo2yg
(He ahí el nivel intelectual de nuestros progres y su respeto por la democracia y las libertades cuando unos admiran y otros, cuando menos, disculpan los excesos del simpático "líder bolivariano").
"Chomsky y Chávez
ResponderEliminarOtro mundo posible
Juan Morote
Todos los dictadores que han sentado sus reales en alguna parte de este mundo han albergado la pretensión de cambiarlo. Han imaginado una sociedad a su medida; han soñado con ser una especie de Dr. Frankenstein social capaz de crear el mundo, asimilando su fatuo poder al ejercido por Yahvé en el Génesis. No se libra de esta tentación Hugo Chávez, como tampoco se libraron Hitler, Stalin, Sabino Arana y tantos otros cuya pretensión fue la construcción de un mundo diferente. Ahora bien, todos ellos tienen en común un odio cerval a la libertad, una falta absoluta de fe en los individuos, y la certeza de la tendencia al adormecimiento en las sociedades a medida que se incrementa el carácter tuitivo del Estado.
Hasta aquí lo escrito es público y notorio; en cambio, se da por supuesto, y aquí radica la gravedad, es que la progresía, bajo un hálito de defensa de la libertad y pavoneándose de una supuesta sensibilidad hacia los problemas de los más pobres, ha emprendido una cruzada contra la libertad individual en todo el planeta. Los progres representan la verdadera internacional. Jamás soñó Marx con una estructura tan homogénea, coordinada, obediente a la consigna y bajo la influencia de los pseudointelectuales que funcionase como un reloj de Breguet.
Uno de los cabecillas de semejante ola de homogeneización de pensamiento, uno de los tiranos de la intolerancia progre, es Noam Chomsky. Este sujeto octogenario, ilustre lingüista, encarna perfectamente lo que Hayek ya denominaba los propagandistas del falso individualismo. Son aquellos que parten del racionalismo cartesiano y acaban mostrando una falta de confianza absoluta en las personas. Pretenden liquidar todas las instituciones intermedias de la sociedad civil que nacen de forma natural y sin un propósito previo para situar al individuo aislado frente al Estado. Según estos dictadores del pensamiento, como decía mi amigo Denis Jeambar, una institución sólo es buena si es un producto pensado y cuyo objetivo se encamina hacia una intervención del Estado en detrimento de la libertad.
Este Chomsky, por supuesto, nacido y criado en la costa Este de los Estados Unidos, es uno de los adalides mundiales del la "Internacional progre", junto a Petit, Annan, Stiglitz y casi el cien por cien de los cineastas europeos y la mitad de los americanos. Este antisemita venerado por el boletín de la progresía americana, el New York Times, acaba de descubrir las bondades del tiránico régimen de Chávez en Venezuela. Le hemos podido contemplar sonriente con el dictador caribeño anunciando el advenimiento de un nuevo mundo gracias al esfuerzo de Chávez. Esta loa de la tiranía es propia de la izquierda posterior a la guerra fría, que no pudo enterrar la libertad a base de bota y Kalashnikov y ahora intenta subyugarla a base de populismo de inspiración peronista a ambos lados del Atlántico; esto sí que representa una amenaza digna de ser tomada en cuenta.
A todos los creadores del pensamiento de la "Internacional Progre" les molesta Israel; les gustan los tiranos musulmanes; odian a los Estados Unidos y acuden raudos en socorro mediático de cualquier tiranuelo que, para ocultar la subyugación de su pueblo, distrae la opinión con grandes alharacas antiamericanas. Lo que de verdad me preocupa es el grado de global aceptación que este movimiento liberticida está alcanzando. Por el bien de todos, espero que nunca se haga realidad ese otro mundo frankensteiniano y hediondo de Chomsky y Chávez." (LD)
MUY MUY RECOMENDABLE:
ResponderEliminar"DEL NAZISMO AL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
Chávez y la involución en las democracias
Por Ángel Fernández
La metodología subversiva de Hitler está siendo empleada por el populista Hugo Chávez para perpetuarse en el poder y extender el socialismo a los países bajo su influencia totalitaria. Y es que la Alemania nazi es un claro ejemplo de cómo una ideología totalitaria logra alcanzar el poder utilizando las fisuras legales de una democracia parlamentaria con un Estado de Derecho deficientemente desarrollado.
Y es que la Alemania nazi es un claro ejemplo de cómo una ideología totalitaria logra alcanzar el poder utilizando las fisuras legales de una democracia parlamentaria con un Estado de Derecho deficientemente desarrollado. Adolf Hitler fue elegido Führer del Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo (NSDAP) en el año 1921 y el radicalismo de la ideología nazi se reflejaba en sus discursos demagógicos, en su estrategia de desacreditación de la moral judeocristiana para imponer su escala de valores nihilista y contraria al arraigo de la sociedad civilizada, en el adoctrinamiento de la juventud y, en una organización paramilitar (camisas pardas) que aterrorizaba a sus enemigos políticos y a la población contraria al movimiento nacional-socialista. Ante la inacción del sistema judicial y del Gobierno democrático, dos años más tarde Hitler lideró un intento de golpe de Estado fallido denominado el Putsch de la Cervecería. Fue sentenciado a cuatro años de cárcel, pero permaneció sólo ocho meses en su celda, ya que fue indultado.
Tras la profunda crisis económica de 1929, la demagogia y la propaganda del partido nazi lograron incrementar su presencia en el Reichstag. En 1933 ganaron las elecciones y, con Hitler ya instalado en el poder, se impusieron continuos cambios legislativos que permitieron transferir el control del poder judicial al partido nazi, reemplazar los sindicatos por el Frente de Trabajo nazi, cerrar los medios de comunicación opuestos al régimen y, finalmente, prohibir otras formaciones políticas.
Se comenzó a planificar centralmente la economía y se orientó la producción hacia la industria militar para constituir un poderoso ejército. El inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939 fue el desenlace previsible a la falta de respuesta de las democracias parlamentarias.
Las democracias occidentales debieron haber estado más vigilantes y debieron actuar ante tan serias amenazas a las instituciones morales que permiten la sociedad civilizada, como el respeto por la vida, la libertad, la igualdad ante la ley y las propiedades de los judíos, de los gitanos, de los opositores políticos o de los ciudadanos de las naciones que fueron invadidas por el ejército nazi.
El ejemplo de Alemania pone de manifiesto cómo fisuras democráticas, la debilidad de sistemas judiciales y la ineficiente dispersión pluralista del poder permiten que demagogos populistas se aprovechen de resquicios legales para subvertir el orden constitucional e imponer una dictadura, por medio de legislación liberticida.
La Venezuela chavista
ResponderEliminarAlgo similar ha sucedido en Venezuela. Hugo Chávez también protagonizó un golpe de Estado fallido en el año 1992, por el que fue procesado y encarcelado durante dos años. Pero, inexplicablemente, fue indultado por el presidente Rafael Caldera, quien actuó de modo irresponsable, de espaldas a la historia, ignorando la dimensión del desafío totalitario que debía combatir.
Sin quedar incapacitado para el ejercicio de cargos públicos y sin cumplir una condena ejemplar, el golpista Chávez pudo presentarse a las elecciones y en el año 1999 llegó al poder. Desde entonces, Venezuela asiste a la paulatina destrucción de su democracia. El precio del barril de crudo, por encima de 40 dólares, permite apuntalar a los dirigentes socialistas bolivarianos en Venezuela y a las compañías y grupos sociales que medran del Estado y, desgraciadamente, también extiende la financiación del narcoterrorismo y de la revolución bolivariana por Centroamérica y Sudamérica.
Los petrodólares y el discurso bolivariano están incendiando el continente con subvenciones a partidos políticos que promueven el odio de clases y la demagogia populista para alcanzar el poder. Su objetivo final es formar una unión socialista panamericana denominada Alternativa Bolivariana (ALBA) desarrollada en torno a la República Bolivariana de Venezuela como centro neurálgico.
Al modo paramilitar nazi, se crearon los círculos bolivarianos, que se dedican a la propaganda, controlan trabajadores, barrios y ciudades enteras con el propósito de amañar los procesos electorales y amedrentar a los opositores del régimen.
Ya vimos el camino de servidumbre por el que transitan las democracias parlamentarias con fisuras normativas y con dirigentes que no afrontan decididamente los desafíos que plantean las organizaciones terroristas y los partidos políticos totalitarios. De hecho, en Venezuela, primero se cerró la cadena de televisión RCTV, para después revocar licencias de 240 emisoras de radio y de 44 televisiones. Se amedrenta se modo sistemático a los editores de los periódicos y ahora incluso se legisla para penalizar la libertad de expresión de modo que "toda persona que divulgue a través de un medio de comunicación social noticias falsas que ocasionen grave alteración a la tranquilidad pública (...) será castigada con una pena de prisión de dos a cuatro años".
Caracas ya no es ni la sombra de lo que era hace unos años. Coches muy antiguos. Negocios medio arruinados y sin mantenimiento. Hoteles de cuatro estrellas que no llegan a dos. Pobreza y más pobreza, debido al intervencionismo revolucionario que aleja el desarrollo al destrozar las libertades, la propiedad privada, el tejido productivo y, en general, la libre interacción entre personas.
La magnifica obra de teatro El Aguila y la Niebla, de Narciso Ibáñez Serrador, representa la historia de un demente que se cree la reencarnación de Napoleón e intenta constituir los Estados Unidos de Sudamérica. Parece una locura, algo incongruente y absurdo, un tremendo caso clínico de desorden mental pero, lamentablemente, la realidad supera a la ficción. La diferencia es que el megalómano está utilizando la figura de Simón Bolívar para promover la colectivización de una sociedad."
© AIPE
[Ángel Fernández es miembro del Instituto Juan de Mariana.]
HISPANOAMÉRICA
ResponderEliminarVenezuela, miseria socialista
Por Carlos Ball
Quien todavía tenga dudas de que el socialismo conduce irremediablemente a la miseria debe observar lo sucedido en Cuba a lo largo de 50 años y en Venezuela durante los últimos 10.
El gobierno grande y todopoderoso logra beneficiar a un número muy limitado de personas porque bajo el estatismo socialista no hay adelantos ni innovaciones en la industria o el comercio. Fidel Castro se copió casi todo de la fracasada Unión Soviética, y ahora Hugo Chávez se copia lo hecho por Castro en Cuba.
Los adelantos e innovaciones no pueden ser planeados por el gobierno, sino que necesariamente son el producto de la dedicación y esfuerzo individual de quienes buscan mejorar su propia situación económica. Sin proponérselo, con ello logran contribuir al bienestar de toda la sociedad. Comparemos mentalmente el número de invenciones y mejoras producidas en los Estados Unidos durante el siglo XX con el de las que se lograron en la Unión Soviética.
En muchos países latinoamericanos hay ministerios de planificación que solamente han logrado frenar el desarrollo de esas naciones, malgastado el dinero de la población y promovido dañinos controles. Los inventos e innovaciones surgen de gente libre que asume los riesgos de dedicar tiempo y dinero a desarrollar alguna idea o un nuevo proyecto. Si tienen éxito obtienen un beneficio personal, pero al mismo tiempo están beneficiando con ello a sus conciudadanos, creando empleos y mejorando el nivel de vida.
El verdadero desarrollo económico no depende de las discusiones de los políticos en el Congreso, de los ministros ni, mucho menos, de lo que nos impone la burocracia, sino del flujo de innovaciones que jamás pueden ser planeadas centralmente. Claro, que si no hay respeto por los derechos de propiedad nadie se verá incentivado –ni perderá su tiempo y dinero– a tratar de lograr un mejor producto o servicio, porque ni él ni su familia se verán beneficiados.
En una sociedad libre, los mercados competitivos reemplazan las órdenes emanadas de la cúpula política, y la libertad de intercambio genera los incentivos para innovar, todo lo cual mejora el nivel de vida de la gente. Ese es el verdadero capitalismo, tan despreciado por los políticos de izquierda.
Y los mismos políticos que se rasgan las vestiduras en supuesta defensa de los pobres son los que siempre están dispuestos a generar inflación, gastando mucho más de los ingresos del gobierno, devaluar la moneda y endeudar a la nación.
En Venezuela, Chávez está expropiando haciendas productivas e industrias exitosas, aparentemente sin entender –o sin que le importe– que cuando algo es de todos a nadie duele, por lo que automáticamente desaparecen todos los incentivos para operar eficientemente, aumentar la producción y generar ganancias. Por el contrario, el incentivo entonces es congraciarse con el gobernante, tomar decisiones que aumenten su poder y tiendan a perpetuarlo en el palacio presidencial.
Si colocáramos invertido un gráfico que muestre la curva del incremento de regulaciones, multas e intervención gubernamental en la economía venezolana, veríamos bastante bien la caída de la producción petrolera, industrial y agrícola en ese país.
© AIPE
CARLOS BALL, director de la agencia AIPE.
Así opina el "demócrata" Hugo Chávez Frías de los judíos y de Israel (¿les suena?, claro, es la retórica del nuevo antisemitismo progre...):
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=0Rnr-b1g4ic&feature=related
Por eso es tan amigo de ese otro gran "demócrata" que es Ahmanideyad, del que se va cogidito de la mano (gran Jaime Bayly):
http://www.youtube.com/watch?v=4EGqA8e1oLM
porque como les unen tantas cosas... y así le defiende, revolución islámica/iranía = revolución bolivariana (según Chávez):
http://www.youtube.com/watch?v=hV7JvqjAiZU
http://www.youtube.com/watch?v=U0RRpH8LL0I
Pero, no se crean, también sale en defensa de la maravillosa "democracia" de Corea del Norte:
http://www.youtube.com/watch?v=ScrOMlNmzw0
Y los titiriteros haciendo méritos, calladitos como meretrices. No seré yo quien afirme que es santa mi devoción alguien como Pilar Rahola cuyo doble rasero ya tuvimos oportunidad de comprobar (vencida con sus propias armas e ingiriendo su propia medicina):http://www.youtube.com/watch?v=_XNZs-I8BSY
Pero como es de justicia reconocer a cada cual lo suyo, merecen destacarse -aun con matices, pues siempre puede el prejuicio- artículos como el que sigue (El silencio de la progresía):
http://www.youtube.com/watch?v=0scl0JqGFdc
http://www.youtube.com/watch?v=1nssgcvW8R0&feature=related
VENEZUELA
ResponderEliminarChávez y la guerra con Colombia
Por Orlando Ochoa Terán
Pese a que es bien sabido que el presidente Chávez siempre tiene en Colombia una carta bajo la manga para encubrir situaciones críticas, no deja de ser extraño que, siendo la Venezuela bolivariana un país con extravagantes alianzas militares con los más siniestros y forajidos gobiernos del mundo, pueda justificar que se siente obligado a "revisar" las relaciones con Colombia a propósito de acuerdos, también militares, suscritos por Bogotá con EEUU.
Subyacente en esta "revisión" está la amenaza a los beneficios que obtiene Colombia en el intercambio comercial con Venezuela, pese a que, paradójicamente, el presidente Uribe ha sido objeto de los insultos más procaces del líder bolivariano.
Si bien estos beneficios se deben a las calculadas maniobras del astuto Uribe, que juega con el errático líder bolivariano con una frialdad pasmosa, gran parte de ese crédito se debe a la superior política exterior y al trabajo de inteligencia colombianos, que siempre han estado en ventaja con sus pares bolivarianos, pese a estar éstos asistidos por los cubanos.
El juego diplomático
A las dificultades bolivarianas de enfrentarse con la diplomacia y la inteligencia del vecino país se ha agregado la habilidad de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien, como una experta en jiu jitsu, acaba de utilizar los torpes movimientos de los miembros del ALBA y especialmente del pesado Insulza para sacarlos de balance y arrebatarles la iniciativa del problema de Honduras.
Esto no sería tan grave si la cancillería asistiera al presidente Chávez en tan delicada labor. Pero es el caso que éste no acude a los funcionarios para que lo aconsejen. El propio ministro Maduro, a quien Chávez probablemente seleccionó porque asocia la diplomacia a los trajes de Armani y las corbatas de Givenchy, para los efectos políticos internacionales es lo que la clase media venezolana llama un "servicio de adentro", cuya función se limita a atender el teléfono, transmitir los mensajes, abrir la puerta a los visitantes y, en ocasiones, atender a los invitados con tragos y canapés. En realidad, como todos nosotros, el canciller Maduro se entera de la política exterior bolivariana por los medios de comunicación.
La guerra
ResponderEliminarAsí como el recurso al "magnicidio" es el primer síndrome de que algo anda mal en los asuntos domésticos del presidente Chávez, su equivalente en política exterior solía ser la "guerra asimétrica" contra el imperialismo yankee pre-Obama. Pero cuando las cosas están en vías de volverse dramáticas, entonces aflora el síndrome de la "guerra con Colombia", y ahora, subsidiariamente, la intervención en Honduras. En una ocasión hubo convergencia: el complot del "magnicidio" se originó en Bogotá, según el presidente Chávez. Un juego peligroso que los vecinos colombianos siguen con atención. Sin embargo, hasta el más lerdo de los cadetes venezolanos sabe que la corporación militar colombiana es la más experimentada del Hemisferio Occidental después de la gringa, de la que aquélla es aliada.
A pesar de esta realidad, los oficiales bolivarianísimos, que exhiben soles en la charretera, son los más valientes cuando desafían a la sociedad civil de su propio país. Revise el lector el discurso del generalísimo Mata Figueroa el pasado 5 de julio, o el del arrojado general Almidien Moreno Acosta, quien, al asumir el mando de la Primera División de Infantería y Guarnición Militar de Maracaibo, como si se tratara de Aníbal descendiendo de los Alpes sobre el Imperio Romano, dijo que la gobernación del estado Zulia era "un enemigo más que tenemos".
En marzo del pasado año, estos Mata y Almidien de nuestra FAN debieron de respirar tranquilos, agradecidos con el general Raúl Baduel, que exhortó a las fuerzas armadas de Colombia a hacer caso omiso de las amenazas de guerra del presidente Chávez, quien había ordenado una movilización de unidades de infantería y blindados hacia la frontera.
Con el general Baduel en la cárcel, pagando la osadía de desafiar a la revolución armada y al comandante en jefe, ¿quién se encargará esta vez de tranquilizar los temores de los oficiales bolivarianos recordándole a la fuerza armada de Colombia que el presidente Chávez no habla en serio cuando habla de guerras, convencionales o asimétricas?
© Diario de América
ORLANDO OCHOA TERÁN, abogado venezolano.
Más del Gorila Rojo:
ResponderEliminarhttp://exteriores.libertaddigital.com/al-diablo-con-chavez-1276236847.html
http://libros.libertaddigital.com/un-dictador-todos-los-dictadores-1276236861.html
http://www.libertaddigital.com/opinion/daniel-morcate/como-defender-la-democracia-50474/
Al anónimo de corta y pega:
ResponderEliminarTe pido por favor que dejes de pegar textos completos de artículos publicados en otros medios. Pon las referencias y coméntalos si así lo deseas pero no pongas el texto completo, y menos tantos textos, que lo único que consigues es enfangar los comentarios y que nadie pueda seguir ningún debate. Amén de que creo que nadie los lea, yo no lo hago.
Un saludo y gracias.
Lo de Chávez es de traca, mientras tiene Venezuela como refugio de terroristas para que puedan hacer prácticas de tiro y que, por ejemplo, la ETA sea entrenada por las FARC, a las que el propio CHávez ayuda, tiene la desfachatez de negarle la posibilidad de combatirlas a Colombia y de que ésta con su independencia pueda protegerse con ayuda de aquellas democracias dispuestas a luchar contra el terror. El bufón y caudillo venezolano es un peligro que ha minado las libertades en su país, que extiends su neomarxismo por toda América Latina queriendo controlar su área de influencia y además tiene a los progres europeos, o por lo menos, españoles, que le ríen las gracias para nuestra desgracia.
ResponderEliminarChávez es un bufón peligroso al que es inconcebible que le bailen el agua los progres europeos o españoles. No sólo miran para otro lado, sino que lo justifican y rinden pleitesía al caudillo venezolano. La verdad es que no hay tanta diferencia… el propio Janli Cebrián, ahora que no tiene los favores del gobierno y no se le paga por el trabajo sucio realizado, incluso se atreve a acusar al gobierno de ZP de república bananera; es cierto que en su caso le mueve el resentimiento por perder el oligopolio mediático que llevaban conservando los del imperio prisaico desde el felipismo, antenicidio incluido. Y sólo despotrica cuando el Duce Janli pierde el trono en favor de otros, como su competidor y marxistimillonario Jaume Roures. Pero, aun así, tiene razón. Ya escribió Cosidó un artículo sobre las enormes similitudes creando ese neologismo tan acertado de “zapachavismo”. Por cierto, yo sí que he leído aquí algunos de los artículos publicados en los comentarios, y la verdad, me han parecido muy interesantes. Gracias.
ResponderEliminarhttp://iblogcosido.blogspot.com/2009/08/zapachavismo.html
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