martes, 27 de mayo de 2008

Hay futuro

Mariano Rajoy conoce perfectamente al PP. Sabe que en la actualidad todo –o casi todo– cargo público en el PP le debe el puesto más a las siglas que a su propia capacidad, es más, para estos hablar de democracia interna es hablar de su fin. Rajoy también sabe que son estos “políticos” los que manejan la estructura interna. La deriva lógica de esto es: que cualquiera que desee tener la presidencia en el PP tiene que hacer lo que hace Rajoy, que es la quinta esencia de esta forma de hacer política. Es decir, mantener la burocracia del poder e incluso acrecentarla con la sumisión a la confederación zapaterina que se nos viene encima, que dará más poder a las “taifas”. Por eso, el otro día, ante 300 militantes que le abucheaban, prefirió hacer comandita con los cargos locales que salir a dar la cara e intentar convencer a alguno de ellos.

Sin embargo todos los que sacan esas conclusiones se equivocan. A ese partido se le dio la última oportunidad el 9–M. Esos 10.300.000 son votos en contra del cambio de régimen que nos trae Zapatero y si no han sido más es porque aún hay mucha gente que no termina de creerse que el PSOE lleve esa deriva, pero el que se cae del caballo, ve la luz y no le cambian de idea por mucho chikilicuatre que le metan por los ojos. Pero no le volverán a votar sino cambia, pero el cambio no es en adecuarse al nuevo régimen, sino que los militantes tengan poder de decisión dentro del partido. Para que no tengan que tragarse tanto “sapo” ni que les cambien la estrategia tras las elecciones.

Por eso el congreso de Valencia debería ser un congreso de transición donde se cambiasen las reglas del juego, se democratice el partido y a partir de ahí empezar a renovar para llegar al 2012 con todas las estructuras elegidas democráticamente por la base militante –tendrán media elección ganada antes de los comicios– y así poder enfrentarse a Zapatero sin complejos.

También es muy importante el resultado político que salga del XVI congreso. Pero mejor que lo explique Alejo Vidal-Quadras:


Posdata para los guías del nuevocentrismo bobolón:

Cuando vivía a caballo entre Valladolid y Santa Cruz de Tenerife fui testigo del deseo del Partido Nacionalista Canario (PNC), ala izquierda radical de Coalición Canaria, de la creación de una ETA canaria y de cómo durante un par de meses varias comisarías de policía, que estaban vacías fuera del horario de oficina, fueron atacadas con hogueras en las puertas, petardos que ocasionaban destrozos y simulacros de bomba. Que me digan ahora que existe un nacionalismo moderado.

3 comentarios:

  1. Hombre, compañero, yo creo que CC es un partido moderado por mucho que unos exaltados del ala más radical del partido se propuesieran ser terroristas hace unos años en un momento determinado...

    Personajes de ese calibre los hay en todos los partidos, pero quédate con las tesis y la línea general de la formación, no t quedes con los locos, con los cuatro salvajes de Juventudes socialistas que revientan sedes del PP, o con los ancianitos exaltados que pegan a los peridistas de la SER.
    Un saludo, te agregaré a blogs interesantes, si no te importa

    PS: no he podido ver a Vidal Quadras, error.

    ResponderEliminar
  2. tricesimus:
    No era el ala más radical sino el génesis de la coalición (empezaron a funcionar cuando se sumaron los constructores y su dinero, la otra pata de la coalición). Y no fue el calentón de un verano sino la conclusión de los que se creían agraviados frente al centralismo de los “godos”. Pero impresiones aparte, soy de los que consideran que al fascismo se le combate no se le intenta domesticar y los nacionalismos son fascismos por mucho que cacareen que ellos son demócratas y de moderados tienen poco.

    El vídeo lo puedes ver en Libertad Digital.

    ResponderEliminar
  3. El nacionalismo, por definición, es totalitario.

    ResponderEliminar

Puedes opinar lo que quieras, siempre que lo hagas con respeto, pero recuerda que uno es reo de sus palabras y dueño de sus silencios, así que tú mismo. Ah, y yo solo me hago responsable de lo mío, que ya es bastante.