Ibarreche saca los colores a Zapatero
“El PSOE consideraba legítimo, constitucional y encajable, ahora, presentado por el lehendakari, sea ilegal, inconstitucional, una aventura y una ocurrencia”, en referencia a las conversaciones de Loyola, en las que tomaron parte el PNV, el PSE-EE y Batasuna, en el 2006 durante la tregua de ETA.
Que un iluminado como Ibarreche le pueda espetar esa barbaridad al presidente del gobierno es consecuencia de negociar políticamente con terroristas. Ahora los mamporreros de costumbre contestarán: que si Aznar, González y Suarez también, que si tenía que intentarlo, que si … –alpiste para gallinas–. Y esto, cualquier separatista, se lo podrá echar en cara al gobierno español mientras ostente su primatura Zapatero.
En esta ocasión, el tactista Zapatero le ha dicho que no, porque tiene muy claro que Ibarreche es un cadáver político y que tiene la oportunidad de que el PSE actual, en versión PSC, consiga ganar las elecciones autonómicas. Pero mañana volverá a cambiar de estrategia si con ello consigue durar un poco más en el poder.
Por otro lado, no es normal que un representante del Estado –Ibarreche lo es, a su pesar– pueda presentar un proyecto ilegal, incluso inconstitucional y que no le pase nada. Solo en un país que está en transmutación y con la mayoría de sus instituciones en fase de destrucción de la constitución de 1978 se pueden dar estas paradojas. Si el tribunal constitucional, el gobierno, el parlamento y el jefe de estado estuviesen en defender el sistema nacido de la transición y no en adaptarse a la derivada lógica por la que nos lleva el título VIII, harían algo al respecto. Si estuviesen en dar el poder real a la ciudadanía, que es lo que se vendió en la transición, hacía tiempo que se les habría quitado el exceso de poder que tienen los nacionalistas. No se ha hecho porque también tenían que quitárselo a las castas políticas que anidan en los presupuestos.
Que un iluminado como Ibarreche le pueda espetar esa barbaridad al presidente del gobierno es consecuencia de negociar políticamente con terroristas. Ahora los mamporreros de costumbre contestarán: que si Aznar, González y Suarez también, que si tenía que intentarlo, que si … –alpiste para gallinas–. Y esto, cualquier separatista, se lo podrá echar en cara al gobierno español mientras ostente su primatura Zapatero.
En esta ocasión, el tactista Zapatero le ha dicho que no, porque tiene muy claro que Ibarreche es un cadáver político y que tiene la oportunidad de que el PSE actual, en versión PSC, consiga ganar las elecciones autonómicas. Pero mañana volverá a cambiar de estrategia si con ello consigue durar un poco más en el poder.
Por otro lado, no es normal que un representante del Estado –Ibarreche lo es, a su pesar– pueda presentar un proyecto ilegal, incluso inconstitucional y que no le pase nada. Solo en un país que está en transmutación y con la mayoría de sus instituciones en fase de destrucción de la constitución de 1978 se pueden dar estas paradojas. Si el tribunal constitucional, el gobierno, el parlamento y el jefe de estado estuviesen en defender el sistema nacido de la transición y no en adaptarse a la derivada lógica por la que nos lleva el título VIII, harían algo al respecto. Si estuviesen en dar el poder real a la ciudadanía, que es lo que se vendió en la transición, hacía tiempo que se les habría quitado el exceso de poder que tienen los nacionalistas. No se ha hecho porque también tenían que quitárselo a las castas políticas que anidan en los presupuestos.
Es lógico que se haga la víctima incomprendida el nefasto líder nacionalista cuando a él se le deniegan -aun siendo representante político quizá a su pesar de la autonomía vasca- las concesiones que hizo y que estaba dispuesto a hacer el mismo liberticida que ahora se rasga las vestiduras y lanza todo tipo de improperios contra las mismas pretensiones que tenía la banda terrorista. No hace falta repetir que unos movían el árbol y otros recogían el fruto. Los objetivos del nacionalismo vasco -que algunos pretenden vender de moderado frente a la llamada izquierda abertzale proetarra- son cuasi-idénticos que los de la ETA, por ende, es comprensible que Ibarreche y sus secuaces se hagan los incomprendidos al ver que ante unas mismas pretensiones, ZP sólo ceda cuando los otros van armados, cuando "la jugada lo aconseja" (Bermejo dixit) y adaptándose la "justicia al 'proceso de paz'" (Cándido dixit).
ResponderEliminarPero ya se sabe... de aquellos polvos vienen estos lodos... y así estamos... metidos en un lodazal de repugnancia execrable que dinamita el marco de convivencia por culpa de los que ahora se muestran melindrosos y escrupulosillos con el Plan Ibarreche, cuando ya han perpetrado dislates mayúsculos como el Estatuto de Cataluña que supone la quiebra de nuestra Carta Magna, de su esencia y de su espíritu, mientras -lo que es peor- son los ciudadanos quienes padecen las consecuencias de los delirios nacionalistas, del oportunismo socialista y de gobiernos hilarantes que a nada bueno conducen.
Parece que el flamante alcalde de la capital del Reino, Ruiz-Gallardón sube enteros, al menos, ante el líder del partido que cuenta con él para la dirección del partido -¿no estaba ya? hay algunos que ya le encuadraban en "maitines" desde antes del 9 de marzo, séra que no era así... y resulta más novedoso de lo que parece- El que fuera fundador de la antigua alianza da su firme apoyo a su denominado "hijo político" que podría repetir cargo -según adelantan algunos- en la secretaría general (curiosa renovación o desajuste por la precocidad del regidor en sus tiempos de ap), salvo que González Pons u otro desconocido de última hora sea llamado a ocupar ese lugar. Algunos querían que el equipo se supiera con antelación... pues la verdad es que quizá muy claro no se está siendo... pero los nombres ya se están dejando caer... ¿Nada que opinar?
ResponderEliminarSi es que aunque lo que Ibarretxe diga sea una tontería increíble no deja de tener razón, él pide como presidente de Euskadi lo que ETA pidió como organización terrorista y que el gobierno estaba dispuesto a conceder.
ResponderEliminarUn saludo
Emulando la jerga coloquial del controvertido, polemista y peculiar montañés Revilla, quien con esa fama de bufoncete de camarilla decía que España -entre otras cosas- "le ponía" tanto como al inefable Maragall Cataluña... podemos decir algo similar de que a ZP le pasa lo mismo dependiendo de quiénes sean los que piden, por qué, en qué momento, de qué manera... y luego aplicar el "como sea" con independencia de lo que reclamen pues todo cabe en su programa desetabilizador, debilitador y desintegrador de una España en que no cree.
ResponderEliminarY es que ZP puede tener claras sus ideas de desintegración nacional e incluso su firme propósito de llevarlas a cabo (bien por la vía de hechos consumados como el "estatut", o por otros recobecos no por ello menos siniestros), pero ¡claro! puestos a dinamitar la nación española... es de suponer que a ZP "le ponga más" ceder, rendirse y entregársela a los sicarios mafiosos y sanguinaros (como esos hombres de paz que representaban el sentimiento de la sociedad vasca: Otegi, Txapote, De Juana, Txeroki o Josu Ternera) que a un mindundi acabado que está políticamente cadavérico como es el caso del maltrecho Ibarreche.
(Repárese en la ironía)
ZP dice ahora que no porque no le interesa electoralmente, pero cuando la jugada lo aconseje actuará en consecuencia como en la legislatura pasada como oportunista que es y veremos que el proyecto destructivo al que ahora pone pegas cabalgará aunque sea a lomos de otro jamelgo más o menos nacionalista siempre que beneficie los intereses zapateristas... salvo que se pare toda esta farsa catastrófica que puede tener consecuencias desmedidas. Se tendrá que recobrar el sentido común y defender sin ambages, hipotecas ni complejos la unidad de España garantizando como valor supremo la libertad de los ciudadanos que la integran. Ése es el camino.
El discurso y la parrafada que soltó Ibarretxe la tenía preparada desde hace mucho tiempo. Ya se sabía a lo que atenerse. Y menos mal que se cumplieron las expectativas, o mejor dicho, que no se cumplieron las de Ibarretxe.
ResponderEliminarPues parece que María San Gil -según las últimas filtraciones- no se presenta a la relección como presidenta del PP vasco. Llegados a este punto, ¿Se marchará alguien más con ella? ¿Quién ocupará su lugar? ¿Esto afectará al inminente Congreso de Valencia? Las preguntas se amontonan... ¿Habrá respuestas que a todos satisfagan? El tiempo dirá...
ResponderEliminarTiene razón butzer, Ibarreche ya lo tenía preparadito. Se sabía de pe a pa lo que iba a decir y a que tenía que agarrarse, su estrategia es bien sencilla: ¿Cómo el talantudo (de talante) presidente del desgobierno de España -proclive a la desintegración nacional como demostró la pasada legislatura- se va a negar a darme lo que prometió a los etarras en una clandestina negociación política amoral, siniestra y ofensiva para las víctimas, siendo yo (Ibarreche) un representante institucional dizque democrático?
ResponderEliminarAnónimo 14.03:
ResponderEliminarEl lodazal es producto de un sistema que da más poder a los nacionalistas que a los partidos nacionales pero que también promociona a los “lamerones” y al final llegan al poder los más mediocres.
Anónimo 15.03:
Gallardón, por mucho que llore, siempre ha tenido más poder dentro del partido que lo que le tocaba tanto por cargo que como por apoyo de base.
Miguel:
Y eso es la perversión del “proceso de paz”.
Anónimo 15.33:
El exsocialista madrileño Balbas (oriundo de Torquemada), que conoce muy bien a Zapatero (fue el que dirigía la campaña para lograr que llegase a Secretario General del PSOE) reconoce que el presidente es un superviviente y que hará lo uno o lo contrario con tal de seguir en el poder.
Butzer y anónimo 0.33:
Totalmente de acuerdo.
Anónimo 0.30:
Mal pinta esto.