lunes, 13 de octubre de 2008

Fiesta Nacional

Este año no hemos tenido video de Rajoy animándonos a participar en la fiesta nacional, ni al coñazo del desfile militar. Aún así, los que ayer paseábamos por Palencia pudimos ver banderas nacionales en algunos balcones. Eran menos que el año pasado pero parece que en esas casas lo van a convertir en tradición –tengo que agenciarme una bandera para el año que viene y empezar a ponerla yo también–.

Es grato comprobar que aún hay gente para la que participar en la fiesta nacional es algo que vale la pena, que es algo digno de llevar a cabo. Gente para la que ser español no es una desgracia sino algo de lo que sentirse orgulloso.

Yo me siento orgulloso de ser español, porque aquí y ahora, España representa Libertad. España es una nación, que en términos generales, tiene una historia muy digna y ser herederos de ese legado, además de ser una gran responsabilidad, nos hace ser ciudadanos con valores que en otros sitios han tenido que inventarse.

Solo los necios, que desconocen la historia de su país, y los traidores, que quieren acabar con España, se indignan de ser españoles, allá ellos. Los que nos sentimos orgullosos de pertenecer a esta gran nación –pese a quien pese, la única que hemos tenido siempre– tenemos la obligación moral de exteriorizar ese sentimiento para hacer sentir a los que desean acabar con España –y con ella un régimen de libertades digno de tal nombre– que son pocos y que están errados, también demostraremos que son muy cobardes.


¡¡¡Viva España!!!


¡¡¡Viva la Libertad!!!


España y Libertad

11 comentarios:

  1. En Coruña (yo no fui) hubo un homenaje a la bandera organizado por Coruña Liberal. Mientras, los políticos gallegos (incluyendo PP) miraban para otro lado.

    Un saludo

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  2. Gran artículo, sí señor. ¡Muy bien!
    La verdad es que cada vez más es la sociedad civil, los ciudadanos, personas individuales las que están dando lecciones ejemplarizantes de su firme compromiso cívico con la nación de la que se sienten orgullosos como depositarios de una traidición milenaria, de una valores esenciales, de una historia que -sí, con errores, pero también con hazañas dignas del mayor reconocimiento- ha supuesto lo que hoy somos, pese a la tergiversación y a la manipulación de ciertas clase antiespañola y antiliberal que pretende hacer de sus delirios ideológicos doctrina e imponerla desde la más tierna infancia desde un intervencionismo de corte totalitario que es la antítesis de nuestra nación, esto es, un régimen de libertades, una democracia occidental de corte liberal orgullosa de su aportación al mundo y de conformar un referente de la civilización occidental hoy difuso por el gobierno liberticida, iletrado e ignorante que considera discutidos y discutibles conceptos cuya firmeza debiera ser inquebrantable por tratarse de una realidad social, histórica y cultural que ha quedado palmariamente demostrada.

    También resulta positivo como cada vez más intelectuales, y personas del mundo de la cultura, que no es precisamente el grupo caduco y trasnochado de titiriteros chupóspteros de la subvención estatal aunque así nos intente presentar a Almodóvar, Cuerda, Maruja Torres (ésa que deseaba sedaciones del dr. Montes a los "populares) o Almudena Grandes (ésa otra a la que algunas mañanas nada más levantarse le gustaría fusilar a tres o cuatro voces discordantes); sino que me refiero a la cultura con mayúsculas, que va desde Jon Juaristi hasta Gustavo Bueno, de Amando de Miguel a García de Cortázar, de Gregorio Salvador a Boadella o José María Marco. De hecho, la creación de plataformas y colectivos en ese sentido es bastante esclarecedor, sin ir más lejos, la Fundación DENAES del admirable Santi Abascal es una de las muestras más evidentes de esa "revolución" social que nace del sano sentimiento nacional del ciudadano libre que muchas veces se ve cristalizado en organizaciones como la antedicha u otras tantas, unas veces por necesidad o como consecuencia del totalitarismo nazionalistas que les ha obligado a plantar cara contra la dicriminación lingüística, del mismo modo que el movimiento objetor contra el adoctrinamiento educativo del espíritu socialista y otras tantas cosas que afectan a la vida de las personas, muchas de las cuales "no se resignan" como dijo en un mítico discurso cierta presidenta autonómica, y son el reflejo de que merece la pena dar la batalla de las ideas, y que no se trata de una exaltación irracional como la del nacionalismo a los que mueve el odio visceral a lo que no consideran suyo con todo tipo de falseamientos a través de políticas excluyentes que denigran al español por el propio hecho de serlo en comunidades gobernadas por esos tiranozuelos secesionistas y traidores al marco de convivencia constitucional; y el apoyo de personas de la envergadura y altura intelectual antes citadas y otras muchas que no se dedican simplemente a agarrarse a un eslogan propagandístico para luego recibir del pesebre el dinero de los demás contribuyentes, sino que son personalidades egregias y eruditos de verdad que difunden la realidad y luchan contracorriente, aun a riesgo de ser políticamente incorrectísimos demostrando su firme apuesta, a veces muy arriesgada, por una nación de ciudadanos libres e iguales, por un patriotismo constitucional de amor por la patria (que nada tiene que ver con el nacionalismo de odio a los supuestamente extranjero, lo que no es óbice para ellos para su expansionismo delirante, ahora vemos que hasta zonas de Aragón son junto a la Comunidad Valenciana absorbidos por el catalanismo enfermizo) y la defensa sin cortapisas de la libertad como valor supremo del individuo inherente a su dignidad personal. Por ello, también me sumo a ese grito sincero, necesario y tan vital de "España y Libertad", y convendría convencer a cierta gente de la necesidad de pelear en este terreno, de no limitarse sólo a ser buenos gestores, que también, intentando que siempre una crisis económica o cuando vienen mal dadas, ciertos sectores opten por el cambio, esencial en democracia, no se debe heredar el poder del socialismo imitando sus recetas e incluso emulando sus ideas y compartiéndolas, sólo que más suavizadas, sino que se debe ser alternativa, y también en el ámbito social, cultural y moral; donde la izquierda se ha arrogado una superioridad moral de la que carece y se ha erigido en juez de los demás expidiendo carnés de demócratas sin ninguna autoridad para ello y monopolizando lo que llama "intelectualidad" o "mundo de la cultura" que se reduce a la familia Bardem y a la pareja de Víctor Manuel y Ana Belén, más algún cantautor nostálgo de tiempos pretéritos; el centro-derecha liberal, que bien puede encontrncar con los liberales doceañistas que bien recoge Jorge Vilches, así como con la tradición de Cánovas y Maura, y el sistema -imperfecto, sí, pero injustamente desnotado hasta extremos hilarantes- de la Restauración; y ahí tenemos a Sánchez Albornoz, Menéndez Pidal, Unamuno, Marañón, Julián Marías y tantos otros que lo reflejan, unos abominando del nacionalismo, otros apotando por la esencia española -aunque les llegase a doler precisamente por su afecto a ella, aunque hiciesen diagnósticos exacerbados-, pero sobre todo siempre velando por esa realidad patente de una de las naciones más antiguas de Europa, ese proyecto sugestivo de vida en común que ha de asentarse sobre la libertad de ciudadanos responsables ante su destino. Por eso es tan importante pasar del ¿Qué va a pasar? al ¿Qué vamos a hacer? como están demostrando muchos ciudadanos, una gran mayoría, aunque silenciada por ese poder mediático de la progresía siempre triunfante en la batalla de la propaganda, pero una gran mayoría orgullosa de su país, no ha de avergonzarse de sacar la bandera de su país, igual que de honrar a las víctimas del terrorismo, o de defender la libertad por encima de todos, como hacen en otros países sin esos complejos que tanto se ha preocupado de inculcar una izquierda inculta y desnortada para poder erigirse en salvadora universal con sus macabras utopías malintencionadas que tanto daño han infligido en nuestro país durante todo tiempo.

    Por ello, hay que felicitarse por ese sano sentimiento patriótico de los españoles, tanto a los que lo tiene tan difícil en autonomías "secuestradas" por el nazionalismo-socialismo, como en aquellas otras que, aun teniendo la oportunidad de estar libres de ese yugo nazionalista, no deben descuidar su compromiso con España y con la Libertad; porque como dijo Edmund Burke, para que triunfe el mal, sólo hace falta que los hombres (para los enfermizos de "la corrección política", ya le digo que esto también incluye al sexo femenino) buenos no hagan nada, por eso, muchos añoramos vídeos como el del año pasado, podemos llegar a diculpar expresiones coloquiales tremendamente desafortunadas si no fuera porque éstas, como si se tratara de un desliz freudiano del inconsciente, dejaran traslucir la desidida, la apatía y la falta de entusiasmo, compromiso y unión con la nación española. Por ello, hay que seguir animando a tan impotante celebración venciendo complejos propios y ajenos, de tirios y troyanos y decir sin vacilaciones, ambigüedades o titubeos: ¡¡¡VIVA ESPAÑA!!! ¡¡¡VIVA LA LIBERTAD!!!


    ¡¡¡España y Libertad!!!

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  3. ESPAÑA y LIBERTAD

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  4. Yo soy más partidario de celebrar el 11 de Febrero...

    ¡Viva la República!

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  5. Miguel:
    Pues no sabes como lo siento.

    Anónimo:
    Gracias.

    Anónimo:
    Eso.

    Andrés:
    Bueno, la I República, o las 7 repúblicas con constitución monárquica que se dieron en ese periodo, no lo considero –contonismo incluido– la mejor opción para España.

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  6. Supongo Jorge que considerarás como yo un manchón en esa historia de España que tú dices "más o menos" digna los años de la dictadura franquista. Supongo que esos años España no brilló precisamente por la libertad que se respiraba en sus calles. Te lo comento porque no es malo avergonzarse de la historia de un país, si esa historia es vergonzosa como lo fue la dictadura que sufrimos. Los que cantan alabanzas a la historia de su país, sea cuál sea, para sacar pecho deberían tener en cuenta estas cosas.

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  7. Jaja Andrés no pierde ocasión de proclamar la república. Pero es que sin España no hay república posible!!

    Saludos

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  8. ¿Qué tiene que ver que no me guste la I república con el franquismo?.
    O eres de los que consideran que hablar de España es hablar de Franco.
    La historia de España es la que es, aunque muchos la desconozcan. Que haya episodios o personajes que mejor si nos los hubiésemos ahorrado no desmerece lo que tenemos o lo que podemos llegar a ser.

    Y si lo que buscas es la “progresada” de condenar el franquismo para que no me tildes de facha vas “dao”, y es muy tarde para debatir sobre historia. No hace falta condenar todos los días –a no ser que tengas remordimientos– las distintas dictaduras, o periodos dictatoriales para ser demócrata. Y si repasas este blog verás mi opinión sobre algunos aspectos de la dictadura. Y de sus consecuencias.

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  9. Os pongo el enlace de un vídeo, dura unos minutos, merecería un blog especial por su contenido.

    Se trata de unas confesiones, en cámara oculta, trabajo periodístico, sobre unos asesores .

    A partir del minuto 1,35′’ habla de una ‘asesora’ personal de ZP y como siendo personal de confianza llega a percibir sueldo ‘de asesora’

    http://es.youtube.com/watch?v=KMOrs6vjzl0

    Saludos y gracias por la difusión por el trabajo periodístico. Estamos en crisis, hay que apretarse el cinturón, también el gobierno.

    Si no funciona el anterior enlace, probar este:

    http://es.youtube.com/watch?v=vHOIRQPAio8&feature=related

    Paciencia que la cosa tiene miga

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  10. Estoy con Mike. ¡¡¡Muy buen artículo!!! España y Libertad.

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