La nueva mañana de la COPE

A todo aquel que criticaba la mañana de la COPE de Federico Jiménez Losantos yo le recomendaba que la escuchase, al menos, durante una semana y que luego opinase sobre ello. Considero que es lo mínimo para hacerse una idea de un programa diario de radio. Es por eso que he esperado ese tiempo para dar mi opinión sobre la nueva mañana de Nacho Villa.

Empezó mal, muy mal. Utilizar el corte del primer programa de Antonio Herrero fue una ruindad y un error. Ruindad porque Villa no es el albacea de Antonio sino que este eligió para ese menester a Luís Herrero, amén de que el heredero radiofónico es Losantos. Y error porque en el corte Antonio Herrero dice más o menos: somos los mismos, diciendo lo mismo pero en un sitio distinto. Y en el programa de Nacho Villa son otros, diciendo cosas diferentes pero en el mismo sitio, es decir, todo al revés, es más, el que puede parafrasear a Herrero es Federico en su nueva radio. Otro grave error es no citar a su antecesor –más exactamente antecesores–, aunque despues lo hiciese de forma elogiosa, ya sería tarde.

El programa en si es un informativo un poco más largo, la palestra con tertulia. Si es que a eso se le puede llamar tertulia, a mí me parece, más bien, una concatenación de comentarios sobre un tema. Villa ha ampliado el espectro ideológico de los tertulianos, lo cual no significa que sea mejor, es más, en este caso es peor. Le pasa igual que a “El gato al agua”, que podrá batir todos los records que quiera pero ahora es un tostón verbenero. Porque si metes en la tertulia a un progubernamental tienes que debatir previamente si el gobierno es malo o no, vez de ir directamente al porque de su maldad, que es lo relevante, lo anterior lo escuchas en cualquier lado.

Tiene algunos tertulianos buenos, como Victoria Prego, Juan Carlos Girauta –que me da que no se ha ido a esradio por su desencuentro con Cesar Vidal–, Antonio Martín Beaumont –que sería un gran comunicador sino fuese porque hablando del PP siempre va con el freno echado– y Jesús Cacho, que no está con Federico por su afán de meter el dedo en el ojo a Pedro J. Ramírez. Los demás, salvo Juan Manuel de Prada que es un pedante insufrible, ni fu ni fa.

Y esto que hacen los viernes, de la tertulia de políticos, me parece una pérdida de tiempo terrible, aunque esté Santi Abascal. Los políticos vienen a vendernos su moto y ya tienen mucho sitio en los noticiarios para también tener que aguantarlos aquí. Y si encima estos son la seudopiqué, pero en torpe, de Monse Nebreda o el señorito andaluz de Pimentel, que lo único relevante que ha hecho es dimitirle a Aznar, y aún vive de ello.

A pesar de todo lo escrito, lo más revelante de esta nueva mañana de la COPE es quien la apadrina. No se ha cortado un pelo en mostrarse como tal. Ese padrino es el PP búlgaro: entrevista a Rajoy, palmeo de Saenz de Santamaría y colocación de personas muy afines, incluyendo al escribitín de esta última, Federico Quevedo. Mal va Rajoy si cree que así conseguirá llegar al poder, o peor incluso, si así va a actuar cuando llegue al poder.

En resumen, Nacho Villa no está capacitado para llevar un programa matutino de radio, escuchar esta COPE es como escuchar cualquier otra emisora, no hay diferencia, hasta Alfonso Merlos lo hace mejor. No creo que dure más allá de fin de año. Villa pasará a la historia como el tonto útil que traicionó a Jiménez Losantos para allanar el camino a José Maria García.

A mi me fastidia todo esto porque siempre he escuchado la COPE. Tengo el mismo radio-despertador desde que uso despertador para levantarme, la tira de años, y siempre he tenido sintonizado la COPE. Solo cambiaba de dial cuando cambiaba de residencia y ponía el dial de la COPE del nuevo sitio. A partir del lunes me despertará Carlos Herrera. En todos los coches en los que he metido la mano en la sintonización de la radio siempre he puesto en el primer botón la COPE, ahora pondré Onda Cero. Lo bueno será que en las desconexiones locales podré escuchar los localismos de mi amigo Julio Cesar Izquierdo que tanta gracia me hacen. Y escucharé esradio en la TDT cuando esté en casa y a través de Internet cuando esté en el trabajo.

Nota: Me resulta un poco raro, o quizás no, que dentro de la biografía que viene en la cope.es sobre Nacho Villa se les haya olvidado poner el ensayo que publicó a finales de 2008 titulado “Prohibido pasar: la historia oculta de la crisis del PP”, cuando lo había presentado en “La tarde con Cristina”.