lunes, 29 de marzo de 2010

El mal ya está hecho

Parece que sí, que ahora es la buena, que por fin sale la sentencia del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Que más dará, que anulen mucho o que anulen poco, si el mal ya está hecho. El famoso “Estatut” ha sido la puntilla que ha matado a la Constitución de 1978, que tenía en su interior –en el Título VIII– su propio mecanismo de autodestrucción. Ya solo falta enterrarla, que me temo que lo harán sin funeral y por la puerta de atrás.

Por otro lado, si queremos salvar la Nación –a la española me refiero– solo nos queda empezar de nuevo, con una nueva Constitución, que nazca del consenso, como la del 78, pero con la experiencia de los treinta años pasados. El espíritu de consenso y generosidad que hubo entonces ahora no lo hay. Y con la actual casta política, ni creo que lo haya, ni ellos creen que haga falta. Así nos va.

Además, ¿qué hemos aprendido en estos treinta años?:

Qué por muy generosos que seamos nunca habrá acomodo, dentro de España, para los nacionalismos. Que su visión totalitaria de la nación y del papel de los súbditos dentro de ella es incompatible con un estado de libertades.

Que hay ciertas cosas que deben ser inamovibles sin el concurso de toda la Nación.

Que ya no tenemos el espadón sobre nuestras cabezas. Igual en el 78 tampoco era para tanto pero fue utilizado por algunos para presionar.

Que ya no tenemos que elegir entre marxismo o el capitalismo. O al menos eso espero.

Y por último y más importante, que se puede, y se debe, contar más con el pueblo soberano para definir la carta magna.

¿Cómo debería ser esa Constitución?:

Consensuada, pero entre los que desean ser españoles, sino volveríamos a cometer los mismos errores que en 1978.

Debatida, no solo en las Cortes sino también entre los ciudadanos. Aquí estaría bien aplicar a los medios de comunicación su obligación de servicio público como consecuencia de su concesión pública, para esto sí que está.

Que deje meridianamente clara la separación de poderes, con sus mecanismos para reforzarla y con sus contrapesos. Esto es fundamental para que España sea una verdadera democracia. Más estado y menos gobierno, que es lo contrario de lo que tenemos ahora.

Que quite poder a los partidos políticos. La democracia no puede sostenerse solamente en los partidos. Esta es una las grandes taras de la España actual, que no tenemos democracia sino partitocracia.

Y que algunas principios básicos o temas polémicos los decida el pueblo a través de referéndums previos: la cadena perpetua, el encaje de la Iglesia en el Estado,… ¿la monarquía?

No es más que una idea pero ahí la dejo.

10 comentarios:

  1. El estado desaparece en Catalonia con lo cual las restantes comunidades autónomas pueden apelar a la igualdad, pedir lo mismo y, por ejemplo, manufacturar algunos cientos de miles de enchufes más. El estado carece de poder hasta para aplicar sus competencias. No se puede fusionar cajas hasta que lo dice Montilla. No se puede recortar el gasto porque lo hacen las CCAA (el gasto es de cada uno pero las deudas de todos). No se puede estudiar en estadoespañolés porque las lenguas oficiales son lo que seis leguleyos tras años de cafés decidan que sean. En los últimos 30 años, no ha habido un problema que no solucionasen con menos España y uno osa musitar que estamos haciendo el ridículo.

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  2. Pues eso digo yo. Pero no solo es Cataluña.

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  3. lo del "encaje" de la iglesia catolica en el estado, ¿se refiere a que les demos más dinero? ¿a que ellos digan lo que es delito o no?¿o a que tambien en España se aclaren los abusos de los curas y frailes? Te parecerá que está poco y bien "encajada" la Iglesia y sus partes. Estos dias tengo que soportar las calles invadidas por los miembros de una confesión religiosa, de la que luego tengo que oir que "esta perseguida" y marginada.¡manda huevos! como dijo Trillo

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  4. Tu mismo me das la razón. El tema es polémico e importante, demasiado importante como para que no se nos consulte a los ciudadanos como queremos que se haga.

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  5. Todo el mundo con dos dedos de frente sabía que el "estatut" era un torpedo en la línea de flotación de nuestra Carta Magna, y finalmente, han dinamitado la Constitución, ya no sólo el contenido, manifiestamente mejorable a la luz de los acontecimientos, sino el espíritu de consenso con las líneas infranqueables que no se debían pasar. Quizá sea el momento de una nueva Constitución, pero en el sentido opuesto a los deseos de separatismos montaraces, nacionalismos delirantes y progresía condescendiente con estos últimos.

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  6. ¡Qué distintas hubieran sido las cosas si el dedo cesáreo de Aznar se hubiera posado sobre Jaime Mayor y si en el 2000 la secretaría general del partido socialista hubiera ido a parar a manos de Rosa Díez! ¡Otro gallo nos hubiera cantado!

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  7. En el momento en el que el peor presidente del gobierno de la historia de España y mayor colaborador con el nacionalismo, incluido el violento, especialmente con éste, dijo en Cataluña: "Apoyaré el estatut que apruebe el Parlamento de Cataluña", se convirtió en el asesino de facto de la Constitución y perpetró la orden de convertir en cadáver nuestra Carta Magna, cuya autopsia revalidan una Justicia politizada, parcial y nada independiente que hace de nuestra nación un carajal de taifas mal avenidas, desleales e insolidarias que dicen reivindicar derechos coartando libertades y conculcando derechos fundamentales. Por eso, quizá sea hora de estadistas y de una nueva Constitución que remedie de cabo a rabo y por completo este despropósito porque la Constitución del 78 no está moribunda ni herida de muerte, sino que ya se la han cargado como demuestran los hechos que se suceden en esas autonomías que ya practican el secionismo lingüístico, educativo y que llegará al judicial y si depende de Laporta al propio Ejército.

    En 1812 ilustrados liberales dieron a luz una buena Constitución, es decir, dentro de dos años se cumplirá el bicentenario de esa Carta Magna, qué mejor fecha (ya que habrá convocatoria electoral general) para empezar a hilvanar un nuevo proyecto del que surja una España cohesionada y genuinamente liberal que acabe con el atropello perpetrado por los gobiernos de Zapo, el de las merecedes, que acabó haciendo "bueno" al déspota Tigrekán II.

    Ahora bien aunque veteranos como el vetusto Fraga, el criminoso embustero Carrillo, el adoctrinador sectario Peces Barba o el sabiniano neonacionalista Herrero de Miñón sigan acompañándonos para esas fechas, para nada deberían contar con ellos como padres de una nueva Constitución, pues ya ven lo que se ha hecho con su criatura del 78. Mejor otros ponentes y otros padres, jóvenes y con ideas claras, y en esa línea tanto para su reforma integral como para lo que podría ser una nueva ha dado muestras sobradas de preparación y sensatez gente de la talla de Santi Abascal. Ojalá fuera así.

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  8. http://www.nacionespanola.org/esp.php?articulo1787&var_recherche=reforma%20constituci%C3%B3n

    http://www.nacionespanola.org/esp.php?articulo1198&var_recherche=reforma%20constituci%C3%B3n

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  9. http://revista.libertaddigital.com/la-ruina-de-la-constitucion-de-1978-1276237135.html

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Puedes opinar lo que quieras, siempre que lo hagas con respeto, pero recuerda que uno es reo de sus palabras y dueño de sus silencios, así que tú mismo. Ah, y yo solo me hago responsable de lo mío, que ya es bastante.