Zapatero debe seguir (II)

Ayer escribía que Zapatero debía seguir en el gobierno y daba una serie de razones para ello. Hoy, en cambio, ya no lo tengo tan claro. Es lo que pasa con Zapatero, que cambia tanto y tan rápido, que siempre te deja descolocado.

El fondo para defender la continuidad del actual presidente del gobierno era que iba a realizar los recortes anunciados y los que han de venir después. Pero, tras la comparecencia de ayer de Zapatero, diciendo que la congelación de las pensiones, en realidad, será un simple atraso, eso es lo que significa el mantenimiento de la paga extra por compensación sobre el IPC que se les ingresa a los pensionistas en enero.

Tampoco son muy tranquilizadoras las declaraciones de la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, afirmando que no cree que el Ecofin exija más medidas de ajuste. Es decir, que las otras son exigencias de la UE, vía Omaba, y que si no les obligan, no las toman; y esperan que con eso se conformen, haga no haga falta a la economía española. Pues que bien.

En otro orden de cosas, sin ser contrario a la petición de presentación de una moción de confianza –teniendo en cuenta el cambiazo, que en política económica ha realizado o ha anunciado que va a realizar–, lo considero innecesario. En realidad, la votación de la “convalidación” del decreto-ley por parte del Congreso será, políticamente hablando, una moción de confianza. Los decretos-ley son normas de rango legal que están dentro del poder de legislar que tiene el consejo de ministros. Todo decreto-ley en el plazo máximo de 30 días deberá ser “convalidado” por el Congreso. Normalmente un decreto-ley que no es “convalidado” simplemente deja de tener validez y ya está, pero un decreto-ley de esta importancia si no es “ratificado” por el Congreso, obligaría al presidente a disolver las cortes y convocar elecciones. Por lo que la presentación de una moción de confianza es redundante.

Por otro lado, parece que la negociación con eta sigue adelante y sin freno. Y esto con Zapatero da miedo, pero miedo de verdad.

Por lo tanto, empiezo a darle la razón a aquellos que piden que se cambie al presidente del gobierno, por quien sea y de donde sea, pero que lo cambien. ¿Se podrá hacer? Y aún así, ¿se hará?