miércoles, 9 de junio de 2010

La huelga que no fue

Ayer, estaban convocados a la huelga tres millones de empleados públicos, pero apenas la secundaron cuatro gatos. En otras ocasiones los sindicatos convocantes se lo “curraban” un poco más. Los días previos daban mítines en los centros de trabajo. Los piquetes informativos –normalmente matones– recorrían todas las instalaciones para “invitar” a sus “compañeros” a abandonar el lugar de trabajo. Pero en esta ocasión, más allá, de docena y media de liberados con trompetillas dando la murga por Palencia, no vi más signo de la dichosa huelga de funcionarios.

Eso sí, nos dejaron bien clarito que una cosa es hacer huelga en contra de la reducción de los sueldos decretado por Zapatero y otra es, que alguien se pueda pensar que estaban ayudando a Rajoy, eso nunca.

Para la próxima, que será la general, yo haré huelga si puedo hacerla, también, en contra de los sindicatos. Porque, no es que esté muy a favor de Zapatero, pero estos sindicatos, que le han estado dando “tanto cariño” cuando se veía que nos llevaba a la ruina, no los puedo ver ni en pintura. Y si fuese militante de U.G.T. o CC.OO. estaría pidiendo la dimisión de sus máximos responsables, no por el fracaso de ayer, sino por la “jetada” que se han traído desde que empezó la crisis.

Si los sindicatos quieren recuperar algo de credibilidad deberían renunciar a todos los liberados sindicales, que maldita la falta que nos hacen.

4 comentarios:

  1. Jorge, deberían disolverse, desaparecer, devolver toda la pasta y el patrimonio al pueblo. Y si luego quieren, crear sindicatos auténticos y mantenidos por sus afiliados, no aceptando NADA de ningún gobierno para mantenerse libres e independientes.

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  2. Exactamente lo mismo debería hacer la Iglesia Católica

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  3. Ya hay sindicatos sin liberados y en contra de ellos. Los anarquistas en concreto.

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Puedes opinar lo que quieras, siempre que lo hagas con respeto, pero recuerda que uno es reo de sus palabras y dueño de sus silencios, así que tú mismo. Ah, y yo solo me hago responsable de lo mío, que ya es bastante.