Se nos ha muerto Fraga
Manuel Fraga Iribarne, nacido en Villalba (Lugo) el 23 de Noviembre de 1922, falleció ayer en Madrid a los 89 años de edad. Ministro con Franco y con el rey, embajador en Londres, fundador del PP, padre de la constitución, presidente de la Xunta de Galicia, diputado y senador entre otros muchos cargos políticos; amén de catedrático y ensayista de prestigio. Sesenta años al servicio del estado, de forma honrada e impenitente.
Ha fallecido uno de los hacedores de transición. El hombre que representaba a la gente de bien, a la gente que quería pasar de la dictadura franquista a la democracia sin perderse por el camino. El hombre que conocía al dedillo el estado pero que no conocía también a España. El hombre que quería ganar a través de la razón y no a través del corazón, que es como se ganan las elecciones en este país. O se ganaban.
Muchos de los que somos dos o tres generaciones posteriores no nos identificábamos con él, pero siempre le agradeceremos que iniciase este invento en el que muchos participamos, para bien o para mal, llamado Partido Popular.
Ha fallecido uno de los hacedores de transición. El hombre que representaba a la gente de bien, a la gente que quería pasar de la dictadura franquista a la democracia sin perderse por el camino. El hombre que conocía al dedillo el estado pero que no conocía también a España. El hombre que quería ganar a través de la razón y no a través del corazón, que es como se ganan las elecciones en este país. O se ganaban.
Muchos de los que somos dos o tres generaciones posteriores no nos identificábamos con él, pero siempre le agradeceremos que iniciase este invento en el que muchos participamos, para bien o para mal, llamado Partido Popular.
Fraga, a diferencia de sus herederos políticos, ha sido un político de tomo y lomo. Currante como nadie y con un currículum personal y profesional de primer orden. Lo exigible a un político. Justo lo contrario de lo que, p ej, son la inmensa mayoría de mandamases del PP. De lo de Palencia mejor ni hablar porque es para salir corriendo.
ResponderEliminarUna persona que llegó a la política para servir y no para servirse. Será admirado por ello, con sus aciertos y fallos. Lo dice alguien que no comparte varias de sus ideas y hechos políticos. Descanse merecidamente en paz.
Conocí a Fraga personalmente, tuve esa suerte, un erudito entre otras tantas cosas.
ResponderEliminarCuenta un exregidor palentino que se matriculó en derecho por poder asistir a las lecciones magistrales de D. Manuel.
Don Manuel Fraga Iribarne, como gigante de la política, seguirá recibiendo los ataques de los pigmeos de la izquierda que se acercan a ella con ansias de medrar.
ResponderEliminarBuena diferencia de Fraga y estos otros sinverguenzas. El era don Manuel y estos
ResponderEliminarCarriedin, el albondiga, etc...
¿quién es el albondiga? En este foro han salido muchos motes, como el de "la vaquerizo", que es realmente bueno.
ResponderEliminarCon Fraga se lee que murió el último político del PP. Ahora queda lo que queda.
¿Por qué casi todos los políticos dicen que Fraga era un hombre de Estado? ¿Cómo puede ser un hombre de Estado alguien que dijo ‘La mejor parte del país fue la que se alzó el 18 de julio’, ‘La homosexualidad es una anomalía, son los que lo hacen al revés’, ‘La calle es mía’, ‘Franco fue un gran hombre’, ‘La legalización del Partido Comunista es un verdadero golpe de Estado’, que dio la mano y saludó efusivamente a un maniquí en unos grandes almacenes, sumamente autoritario, o que ‘Yo solo pido perdón ante Dios y mi confesor’. ¿Por qué tenemos que respetarlo? ¿Qué es un hombre de Estado?
ResponderEliminaral anónimo anterior. Fraga es un hombre de estado. Justo lo contrario que ZP o sus marionetas, p ej.
ResponderEliminarLa Vaquerizo, la Albóndiga.... Qué imaginación le echa la gente.
ResponderEliminarEsta es la definición que más se acerca al difunto asesino, Don Manuel Fraga.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=W9kU1gHyIYM&feature=share
Definición hecha por uno que afirma que el actual sistema lo trajo la oposición a Franco. ¡A la academia de historia!... a aprender.
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