Y eta sigue ahí
Recuerdo a Gregorio Ordóñez, esencialmente, como un hombre abrazado a la fortaleza de la verdad. No era fácil hablar sin pelos en la lengua en el País Vasco, en una época dominada por el miedo; un miedo impuesto por los que acabarían matándole; miedo que él les hizo sentir diciendo la verdad, precisamente allí donde era más peligroso decirla. Para mí, Gregorio Ordóñez fue el hombre que se atrevió a contar la verdad con un lenguaje directo y sin miedo.
Diecisiete años después, su legado, el legado de la verdad y el valor de decirla, es más necesario que nunca.
ETA está a dos pasos de culminar la toma del poder en el País Vasco. Este ha sido el sentido de su negociación con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El primer paso es la excarcelación de Arnaldo Otegi; el siguiente, su investidura como lehendakari. La banda terrorista decidió hace tiempo que debía legitimarse desde el poder para forzar al Estado a un proceso de autodeterminación.
Siga leyendo “Un legado más necesario que nunca” colgado en Libertad Digital por D. Jaime Mayor Oreja.
Porque algunos queremos que nos digan la verdad, aunque nos duela. Otros prefieren los mimitos de Chacón.
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