Camps absuelto por un jurado popular

¡Dita sea! Otra vez la maldita realidad se opone a la verdad que prefabricamos desde la izquierda, con lo que nos la hemos currado. ¿Cómo cinco, de los nueve, miembros del jurado pueden declarar no culpable por cohecho impropio a Camps y Costa? ¿Acaso no veían al juez que sí quería empapelarles? ¿No se han dado cuenta que si hemos puesto a tres fiscales –una por traje– era para condenarles? ¿Por qué no se han dejado dirigir por el presidente del jurado, que estaba a favor de obra? ¿No leían Público, el País y demás prensa adicta que dictaba lo que debían condenar? ¿No escuchaban la SER? ¿No veían la Sexta? ¿Qué demonios han hecho? ¿Atenerse a las pruebas? Pues mal, muy mal. Ya les habíamos juzgado nosotros, ellos simplemente tenían que ratificar lo que les habíamos marcado. Esto no habría pasado si lo hubiésemos dejado en manos de profesionales, como Garzón. ¡Dita sea! Otra vez la maldita realidad nos da en los morros.

Yo, por quién realmente lo siento es por Nacho Escolar, que se ha llevado un disgusto grande, grande. Como cuando a un niño le quitan su juguete favorito. Tardará en recuperarse, el pobrecito. Bueno, hasta que encuentre otra cruzada donde embarcarse, ya sea real o como esta. Lo malo es que igual ya no existe Público para financiársela. Oye, así tendrá tiempo de instruirse. Que no digo yo que le haga falta, pero nunca está de más.

También puede dejar la prensa seria –que nadie se ría– y dedicarse a hacer humor moderno, como el Guallomin, que ha hecho un guiñol de Franco, que es cool total.