Lo que Helidoro no quiere ver

Todas las mañanas, el alcalde de Palencia, Heliodoro Gallego, va caminando –es lo que tiene no tener horario fijo en Palencia– desde su casa al ayuntamiento, pasando por el puente de Villalobón. A esas horas, el grandioso invento de la rotonda de San Lázaro –con su correspondiente semáforo– provoca una cola que llega al cuartel de la guardia civil. Para los que no lo conozcan, es algo más de medio kilómetro de retenciones, que para un Palencia no está nada mal.

Supongo que Gallego no lo verá. Oye, caminará mirando a su izquierda, hacia las vías del tren, calculando como quedará todo eso cuando las hundan.

Coda: Espero que designen pronto a los candidatos del PP, porque el egoísmo de estos polítiquillos –que no mueven un dedo hasta que no saben que van a estar– está provocando que no haya oposición; y así no se ganan elecciones.