Ibarreche sigue
Artículo 155.
1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones
que la Constitución u otras Leyes le impongan, o actuare de forma que atente
gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al
Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la
aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias
para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la
protección del mencionado interés general.
2. Para la ejecución de las
medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a
todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.
Los “tactistas” consideran que es eso lo que busca Ibarreche. Que quiere revolver el río para poder pescar los peces que las encuestas le niegan, por lo tanto no hay que hacer nada –presentar un recurso ante el constitucional no es algo extraordinario, pasa todos los días–. Esa táctica, que nunca ha sido estrategia, es la que llevamos aplicando desde la transición y así nos va. Cediendo siempre para intentar que los nacionalistas se sientan cómodos en el proyecto nacional. Cuando su proyecto ha sido siempre acabar con España.
Soy consciente de que el actual gobierno ni tiene arrojo político, ni la moralidad democrática, ni la capacidad para asumir la responsabilidad necesaria para aplicar el citado precepto constitucional. Pero tampoco tenemos un parlamento con la altura de miras para empujar al gobierno a tomar esa medida, o arroparle si lo hace.
La casta política actual, seguramente la más mediocre desde el fin del reinado de Alfonso XIII, ha asumido una serie de prejuicios y de falsedades históricas que la incapacitan para asumir la responsabilidad de sus cargos. Están, en su mayoría, para disfrutar de un nivel de vida que en la sociedad civil no tendrían ni por asomo. Consideran que más descentralización es buena y que defender ciertas cotas de centralismo es franquista. Tienen miedo que les tachen de fascistas, los fascistas del PNV. Y tienen mucho miedo a ETA. ¿Qué nos va a hacer ETA?. Matarnos. Lleva 40 años haciéndolo, no nos puede hacer más.
Quizá va siendo hora de convencer a los etarras, con hechos más que con palabras, que nunca vencerán, que si asumen el ideario terrorista su futuro es la cárcel, o la muerte si son tan valientes de enfrentarse cara a cara con las fuerzas de orden público, el exilio no porque España debe perseguir a sus asesinos hasta el último rincón de la tierra y hasta el fin de los tiempos. También va siendo hora de hacer ver a todos los “recogenueces”, –estén donde estén y sea cual sea la “nuez” que recojan– que su futuro es el mismo.
PD: Estoy convencido de que si se suspendiese la autonomía vasca, los primeros en alegrarse serían los ertzainas.
Completamente de acuerdo.
ResponderEliminarYo también de acuerdo. Completamente.
ResponderEliminarTe pido que visites, cuando tengas un momento, el post que he escrito sobre el diario Metro, examines la imagen y me des tu opinión.
Un abrazo.
Ahora mismo lo hago.
ResponderEliminarLa verdad es que si suspendieran la autonomía vasca (o todas, ya de paso) sería una gozada. Y que estuvieran así un año por lo menos. Sin dar subvenciones a ETA y cía, sin cambiar los libros de historia, pero sobre todo sin el "cupo".
ResponderEliminarPero no creo yo, aquí en España, ya sabes que no somos así....