No me fío de Pachi López

Vimos, ayer, como Pachi López respondía contundentemente a las amenazas del PNV. A primera vista, parece que está dispuesto a pactar con el PP para alcanzar la presidencia de la Comunidad Autónoma Vasca e iniciar el cambio que necesita esa región y que deseamos todos los españoles.

Pero uno, que intenta no confundir deseos con realidad, ha de reconocer que el sustituto que buscó el tándem Cebrián–González al echar a Redondo Terreros no se ha caracterizado, precisamente, por su lucha antinacionalista.

No me puedo fiar de un líder político que se reunió con Arnaldo Otegi en medio del, ahora, olvidado proceso de negociación política con Eta. No podemos olvidar, tampoco, que el PNV ha sido un socio histórico del PSOE y el único que aún tiene Zapatero en Madrid. Hay que tener en cuenta que Pachi López siempre se ha querido diferenciar de la política de Nicolás Redondo Terreros.

Por todo esto, me temo –no soy el único–, y espero que no sea así, que López se presentará como candidato a lehendakari con un acuerdo más o menos tácito con el PP. Gobernará en minoría, al menos, hasta las elecciones europeas. Porque si pactase con el PNV, el PP solo necesitaría hacer el cartel electoral con esta foto para arrasar en las europeas.

Una vez pasadas las citadas elecciones, tendría el camino despejado para llegar a un acuerdo de legislatura con el PNV o, incluso, un gobierno de coalición presidido por los socialistas. El PSOE gana porque obtiene los diputados nacionales que le faltan para la mayoría absoluta y porque se montan en el coche oficial vasco, que fue siempre lo buscado por los defenestradores de Redondo. Y el PNV no lo pierde todo y mantiene parte del clientelismo en el la región.